miércoles, 11 de abril de 2012

Lluvia y desconexión...

La lluvia resbala por mis mejillas. Al salir del metro he observado molesta que empezaba a llover. No llevo paraguas, he pensado. Qué pensamiento más absurdo, casi nunca lo llevo, lo singular hubiese sido lo contrario.
He empezado a caminar deprisa, casi corriendo. Pero mientras la música que escuchaba lo inundaba todo y empezaba a sentir el olor a tierra mojada (petricor, geosminas, recuerdos), he comenzado a ralentizar el paso inconscientemente. Las gotas han empezado a empapar mi pelo, a rodar por mis mejillas, a cubrir mis ojos. Es como llorar pero a gran escala, he pensado, y llevo tanto tiempo sin poder llorar que el pensamiento ha ocupado todo, y mi vuelta a casa se ha convertido en eterna, porque no quería que acabara, porque todo era perfecto. Y la realidad es tan imperfecta, tan jodidamente dolorosa, que ese pequeño instante perfecto lo era todo. Hoy no quería llegar a casa. Hoy caminar despacio bajo la lluvia me ha causado un placer infinito.
La lluvia lo limpia todo, hasta la desesperanza...







Esto me he traido de mi pequeña huida. Es raro, pero es. Eso y un millón de fotos.

9 comentarios:

  1. He blasfemado sin que nadie me oyera, para mis adentros. Llueve torrencialmente. He tenido suerte a la salida del trabajo, el cielo estaba teñido de azabache, amenazando pedrisco.
    A mi espalda quedaba el negro túnel por donde, impertérrito al tiempo, el convoy seguiría su noche subterráneamente. Frente a mi, la cortina de agua apenas dejaba entrever la plazoleta desierta y ese trajín de coches y personas en urgencia escapatoria de la lluvia.
    Ahí estaba ella, al otro lado del río, prácticamente desnuda, es decir, sin paraguas. Las gotas de agua relamían su cabello y, en su rostro, jugueteaban hasta desprenderse en el gracioso tobogán de su nariz, enmarcando su boca en brillo reluciendo sus labios, bebiéndose la tarde.
    Su alegría, bajo la lluvia, me regaló las imágenes de su pensamiento; ese espejo salpicado en gotas lunares, la desnudez del viejo olmo ramificado de vida. El almendro en virgen flor bajo las nubes algodoneras adornando el muladar del pueblo castellano entre el valle y el verde en campo abierto.
    Sobre la loma del monte se abría el cielo herido por el rayo mientras huía la tarde, como ella misma huía delante de mis ojos sin percatarse de mi mirada en ella, llena de felicidad.

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    1. Increible! Me encanta, gracias. Casi consigues que llore. Un beso agradecido!

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  2. Te lo acabo de decir en mi blog NURIA cielo, siento muchísimo leerte esta lluvia que te mojaba por fuera y me temo que por dentro, te la había visto por el rabillo del ojo .... aunque si te has sentido bien empapándote bajo ella, no parece tan grave :-)

    Además fíjate, te resguardan de ella esta colección preciosa de nubes tuya, hasta las negras tienen encanto... esas ramas desnudas del árbol que parecen arañar el cielo y ser las causantes de que llore y las preciosas palabras de tu amigo GERMAN ¿se puede desear mejor paraguas cielo? ;-)

    A veces, cuando no se puede llorar, el cielo nos presta sus lágrimas, supongo que es lo que te ha ocurrido a ti y por eso te ha sabido tan rica la lluvia...

    A mi, sin embargo... no me gusta nada de naada la lluvia, donde yo vivo es demasiado persistente a veces y la llegas a aborrecer... o será que yo necesito sol... ¿a que va a ser en eso en lo que nos parecemos tus salamandras y yo? supongo que como a las largartijas les gusta el sol... yo... debo ser medio lagartija y adooooro el sol...


    Pero mira, voy a subir algo a modo de paraguas familiar, será un gusto enoorme para mi si te sirve y te cobijas bajo él... sobre todo mira las fotografías ( ninguna es mía que yo no sé ya te he dicho) pero como también te he contado aunque no sé hacerlas adoro la fotografía a veces como tú las nubes las que encuentro quye me gustan me las guardo... bien, algunas de estas que vas a ver son espectaculares y la música que escucharás al final ... no la olvides nunca... sobre todo cuando te llueva dentro ¿Ok? ... a ver si la subo ahora quería anticipártelo aquí.... no es por ti, pero para que veas que hay montón con inundación dentro:))



    Muaaaaaaaaakss inmenso cielo ... me legro de volver a verte, aunque sea hecha una sopa... ya sabes que en mi casa hay de todo colchones, toallas, tostadoras jajaja lo que quieras y te sirva es tuyo:-)

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    1. A mi la lluvia me gusta hace relativamente poco, por raro que suene. Recuerdo cuando era pequeña ver a mi madre mirar la lluvia por la ventana, feliz, y no podía entenderlo, me parecía muy triste.
      Supongo que tiene mucho que ver con mi descarrilamiento, al final acabas replanteandote hasta tus gustos. De todas formas, por aquí no llueve casi nunca, quizás por eso me gusta la lluvia. De sol andamos sobrados, si necesitas rayos vente a visitarme, serás muy bien recibida. En cualquier cas, como soy dos en una (o un millón), igual que me gusta la lluvia me gusta el sol, lo necesito, también soy un poco lagartija, me ayuda a recargar energía.
      Has captado increiblemente bien lo que sentí!! Era como conseguir llorar por fin, y descargar un poco toda la tristeza.
      No siempre estoy triste, no te preocupes, la mayor parte del tiempo consigo ser feliz y positiva, es sólo que esto acaba pero nunca nunca termina, no sé si sé explicarme.
      Un beso y gracias por todo guapa, de verdad, gracias.

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  3. De las mejores cosa que tiene el sol, es la sombra.
    La lluvia me arregla el espíritu, pero, principalmnete, visto a traves del cristal.Tampoco desprecio ese rato de conversación íntima caminando en soledad bajo la lluvia con un buen paraguas.Lo positivo es ser feliz con sol, con lluvia, con nubarrones o con rayos y truenos.Eso y que seas feliz.

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  4. Sí, lo genial es ser feliz. Estoy en ello!!

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. LLorar con la lluvia es como gritar debajo de un puente de esos mientras por encima pasa un tren. ...Ya sé que suena un poco raro pero lo vi en una película (lo de gritar debajo de un puente mientras encima pasa un tren) ...no me preguntes en que película lo vi, no me acuerdo; pero fíjate puedes hacer esas cosas y te acompañas contigo misma. Y pensándolo bien ...gritar, llorar, debajo de un puentes de esos mientras pasa un tren un día de lluvia...(esto se me acaba de ocurrir ahora) también tiene lo suyo porque gracias al puente, el paraguas no lo necesitas.

    PD. Yo si fuera Kioskero de esos que hay a la salida de la boca del metro, pondría paraguas de esos baratos a la venta.

    PD2 ...Guarda este comentario en secreto, igual me da un para un post ¿vale?

    PD3 Ya paro, este es el comentario que vale, un poco más arreglado, por eso elimino el otro.

    Besos! lo que antes eran saludos :)

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    1. Me gusta la idea de gritar debajo de puentes mientras el ruido del tren amortigua mi grito. Lo malo es que igual ahora debajo de los puentes hay demasiada gente y les despiertan mis gritos.
      Pd: aquí te arruinarías, no llueve casi nunca.
      Pd2: no te preocupes nadie lee estos posts, bueno, excepto tú.
      Pd3: besos (mejor que saludos). Y hasta mañana, que se me caen los ojos, y luego no los encuentro a ciegas.

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