Silbo, siempre silbo. No es muy femenino, opina mi padre.
Ya, como no usar nunca falda. Yo creo que la feminidad no vive en una prenda,
ni en comportarse como todos esperan. Es algo distinto. No necesito mostrar
nada a nadie. Vivir de cara al mundo es agotador, no vale la pena.
En el mp3 suena “Los lunes de Octubre”. Hay canciones que
hay que cantar, que piden a gritos vivir en tu voz. Hay canciones que hay que
gritar, que se meten en tu cabeza, que te invaden. Inundan todo y no necesitas
oírlas para sentir que las escuchas, porque siguen sonando en tu cabeza. Hay
canciones que tienen una importancia difícil de explicar. Hace años decidí
dejar de sufrir por un hombre al escuchar una canción. Fue un momento de
claridad en mitad de la tormenta. De repente fue como si al escuchar la canción
lo viese a él como nunca antes lo había visto, humano, miserable, un capullo.
Cuando estaba con Julio le molestaba demasiado esa canción. Pareces triste, decía. Estoy triste, contestaba yo. Pues no lo parezcas…
Una vez colgué la canción en Facebook. No me preguntó por
qué yo me cuestionaba dónde estaba la felicidad. Lo único importante era que no
pareciese infeliz. Aparentar. La vida al fin y al cabo se reduce a eso.
Aparentar normalidad, aparentar felicidad. No llorar, tampoco reir muy alto, no
silbar, no gritar… Nunca fui lo suficientemente perfecta. Nunca se me dio
demasiado bien aparentar.
Alejo el pensamiento cantando, gritando casi.
Hoy me perdí en mil recuerdos.
Que no dejan dormir.
¡Cuánto veneno!
Para sonreir son malos tiempos.
Otoño ya esta aquí.
¡Cuantos tormentos!
¿Dónde coño te escondes, felicidad?
Los lunes de octubre dónde estarás.
¿Dónde coño te escondes, felicidad?
Me condenas a muerte de soledad.
Para caminar valen los sueños.
Y no me quedan más.
Llévame a hombros.
Es tarde ya para tus besos.
Fuí perro para tí.
No quiero besos
Que no dejan dormir.
¡Cuánto veneno!
Para sonreir son malos tiempos.
Otoño ya esta aquí.
¡Cuantos tormentos!
¿Dónde coño te escondes, felicidad?
Los lunes de octubre dónde estarás.
¿Dónde coño te escondes, felicidad?
Me condenas a muerte de soledad.
Para caminar valen los sueños.
Y no me quedan más.
Llévame a hombros.
Es tarde ya para tus besos.
Fuí perro para tí.
No quiero besos
Bailo, doy saltos
mientras friego los platos. Por la ventana abierta entra el sonido de una
radio: “Encontrado en Alfafar el cadáver de Julio V. C. en circunstancias
similares que dos casos anteriores. Psicosis en Valencia ante la posibilidad de
un asesino en serie…”. Yo ni escucho, sólo existe la canción.
De repente escucho un sonido a mis
espaldas, me giro sobresaltada y avergonzada. Miguel me observa apoyado en el
marco de la puerta. Noto cómo mis mejillas arden. Sonríe, se acerca y empieza a
cantar conmigo, casi gritando, mientras me coge por la cintura.
Era aquí. Aquí era donde se escondía…
Excelente final, feliz, como merece Alicia, por eso me gusta que permanezca ajena a las noticias de la radio; ahora es tiempo para cantar, silbar y disfrutar. Ya habrá tiempo para el desasosiego en la segunda parte ;)
ResponderEliminarBesos musa!
Ohhh, descansa que en breve nos ponemos con la segunda parte xP
EliminarMe gustan los finales tristes, pero a veces hace falta un final feliz, no? Para compensar la puta tristeza real. Lo bueno de tener 2 historias, dos personajes, es que podemos tener uno infinitamente triste y precioso y otro feliz y moñas.
Besos poeta!!
Nuria... me encanta. Mucho, muchísimo!
ResponderEliminarUn final feliz por Dios! Sí!
Gritar, cantar, reír muy alto... te apoyo, completamente.
Besos, muchos, me has hecho sonreír, pequeña ;)
Me encanta hacerte sonreir!! Alicia merecía un final feliz, como dice mi jodido poeta.
EliminarA veces molan, a que sí? Recuerdo que tuve que leer para mi clase de alemán del año pasado un libro que tiene un final triste, y yo en ese momento necesitaba un final feliz. Hubiese ido a casa del escritor a obligarle a escribir otro final, pero ya lo había hecho alguien, así que leí la segunda parte y ahí estaba, mi final feliz. A veces hacen falta, sí.
Besos preciosa!!
“Pareces triste decía. estoy triste, contestaba yo. Pues no lo parezcas...” ¿quien puede decir semejante estupidez? ¿de verdad existe un ser así de tan cretino? ¿cómo no le pegaste con la sartén? le rompiste un plato en la cabeza, no sé...algo!! ;))
ResponderEliminarEs genial salirse de uno, explotar, cantar a todo trapo, dar brincos...a mi me pasa como a Alicia, fíjate! meencanta fregar cacharros jaja me relaja, siempre lo hago con música y a brinco limpio... me da igual si me ven... bueno no jajaja pero en mi casa ya me conocen;))
Mmmm me gusta tu MIGUEL. Me gusta verte contenta, como dices tú, es... perfecto!!
Muaaaaaaakkss inmeeenso bonita.
...jajaja bueeeno quitas el TAN... antes de cretino.. pero es que ¡¡mira que es cretino el tío!! xD;-))
ResponderEliminarOootro besito cielo.
Lo peor de esa frase es que es real, María, aunque supongo que ya lo sospechabas. A veces la realidad supera cualquier ficción. Es un cretino, sí. Pásame esa sartén, juas.
EliminarTú también bailas y saltas??? Vaya par!! Jajajaajjaj tenemos que preparar una comida juntas algún día!
Besos y disculpa la ausencia!
Incluso despues del diluvio escampó y salio el sol...
ResponderEliminarY entonces todo está más verde, y huele a tierra húmeda... Sí.
EliminarBesos!
Está genial el capítulo... pero voy desordenada!!
ResponderEliminarMe descolgué y tengo que reorganizarme en la novela, volver al punto donde lo dejé...
VOy a ponerme al día
Besos abisales :D
jajajjaajaj Además al final cada uno a colgado en su blog sus epílogos y es un poco follón. Reengánchate cuando puedas.
EliminarBesos desde el borde!
Es una imagen preciosa la que describes en está entrada... Besos.
ResponderEliminarYo también lo creo.
EliminarPerdón a todos! Mis días deberían durar 120 horas por lo menos. En cuanto pueda os contesto como me apetece (con tranquilidad).
ResponderEliminarBesos!
Me encantan los felices reencuentros que sirven como colofón a una historia. La vida es tan distinta.
ResponderEliminarLa vida es demasiado distinta, por eso a veces necesitamos finales felices en los libros, en lo que leemos o escribimos, para compensar la tristeza que a veces lo inunda todo.
EliminarMuchos besos!
No sé cuanto hay de Nuria en esta Alicia, principalmente en este capítulo, pero sospecho que mucho, tal vez mucho más de lo que ella pretendía.
ResponderEliminarLa música, las letras...cuanta vida encerrada en ellas y como nos transportan y cambian nuestro estado de ánimo.
Besos, preciosa
Hay casi todo, mucho más de lo que yo esperaba. Es lo que espero, lo que deseo. Y lo otro... Lo que era.
EliminarCambian todo, a que sí??
Besos guapa!!