El tiempo es algo relativo. Seis meses son seis meses, eso está claro. Pero no es lo mismo seis meses si eres una mosca de la fruta, cuya esperanza de vida es de como máximo 21 días, que si eres una Nuria ¿humana?
Un cangrejo de río de esos invasores, que son prácticamente los únicos que quedan, alcanza un tamaño considerable (comestible, vamos) en 6 meses. Para una mosca 6 meses es un periodo de tiempo inimaginable, para un cangrejo de río es un periodo considerable.
Pero aun suponiendo que seas humano, el tiempo tampoco es igual para todos. Ni siquiera el concepto es igual para la misma persona en cada periodo de su vida. Hay veces que el tiempo pasa demasiado rápido, sobre todo cuando eres feliz. Otras pasa lento, lentisimo, con una lentitud desesperante. Seis meses pueden parecer una vida entera, una eternidad, o sólo un segundo, depende, siempre depende.
En seis meses, o un poco más, puedes ser feliz, e infeliz, puedes conocer la felicidad y perderla, o puedes encontrar LA felicidad, así, en mayúsculas. Puedes ser especial, o no serlo en absoluto. Puedes enamorarte, o desenamorarte. Puedes explicar tus argumentos 5556 veces, y chocar otras tantas contra el mismo puto muro, o puedes caer rendido a los pies de alguien y fundar un hogar. Puedes escribir mil estupideces tristisimas, cartas que nunca enviarás, de tan absurdas. O puedes escribir poemas bellisimos que emocionen a quien los reciba. Puedes ser nada, minúscula, diminuta, nieve que cuando empieza el calor se derrite y desaparece, o puedes serlo todo, todo, todo, lo primero en quien alguien piensa cuando se despierta, su último pensamiento antes de dormir, todo. Puede ser que tu vida cambie irreversiblemente, o puede que todo siga igual. Puede que te de tiempo a conseguir un trabajo, a casi perderlo, puede que no te de tiempo ni a empezar a buscar. Puede que seas tan feliz que lo gritarías, o puede que seas tan infeliz que no harías otra cosa más que llorar. Puede que ni eso puedas hacerlo.
En seis meses puedes hacer nuevos amigos, o perder los que tienes. Puedes conocer nuevos grupos, leer nuevos libros, descubrir la poesía. O puedes escuchar tus viejos grupos, releer viejos libros, disfrutar con la prosa. Puede que me hayan mutado los ojos, y estén de ese verde que tienen cuando soy feliz, o cuando estoy triste. Puede que me hayan salido esas pecas que me salen cuando cambia la estación. Puedes perder un par de kilos, la tristeza es lo que tiene, o puedes ganarlos, cosas de ser feliz.
En seis meses puedes cambiar de estación. Las flores pasarán de no existir siquiera a serlo todo, a llenar espacios que antes ocupaba el hielo, la nieve, o las hojas secas.
Puede que hasta llegue la primavera... y para mi siga siendo otoño.
Puede que siga cayendo en espirales de las que no logro salir. Puede que ya no queden espirales en las que caer.
En seis meses puede darte por perseguir imposibles, o darte cuenta de hasta qué punto lo son.
Seis meses son mucho, una eternidad. Seis meses no es nada, un tiempo ínfimo.
Depende, siempre depende. Depende de qué seas, depende de quién seas.
Depende de qué seas, de quién seas y, lo que es más importante: Con quien estés... Cuando estás solo en la vida la soledad te hace medir tu existencia en meses cuando solamente han pasado segundos; pero al lado de la persona adecuada un lustro puede parecerte una milésima de segundo. En la sociedad en la que vivimos el tiempo es nuestro mayor tesoro. La vida es corta, demasiado corta como para no ser vivida con pasión. Si cada día somos capaces de levantarnos con una sonrisa... ¿Qué importancia puede tener el paso del tiempo?
ResponderEliminarUn abrazo.
Si supieses cuánta razón tienes... Pero a veces con quién estés no depende de ti. Entonces los minutos son largos, eternos.
EliminarYo intento seguir sonriendo (y riendo) todo lo que puedo, es lo mejor que tengo, que sonrío y río hasta en los peores momentos.
Dejemos que el tiempo pase... qué remedio. ;)
Un abrazo.
Tienes razón NURIA, depende, todo es relativo y comparado con cualquier espacio temporal, 6 meses pueden ser una eternidad o un segundo. Siempre que se espera, es infinita la lentitud del tiempo, siempre que no se está cómo, dónde o con quien no se desea, los segundos son insufriblemente largos.
ResponderEliminarAhora bien, yo creo que salvo la muerte, nada es irreversible en esta vida, nada.
Lo que hoy termina, mañana se retoma y comienza, lo que hoy es imposible, mañana es posible. Casi te diría en todo, pero más que nada, en las relaciones humanas. Te pongo un ejemplo, en mi trabajo he llevado la separación más tormentosa que puedas imaginar, su posterior divorcio idem y al cavo de los años, me he encontrado a esa pareja casada de nuevo. Parece increíble ¿verdad? pues no.
Sin ir tan al extremo, relaciones irreconciliables en un momento, la vida, porque siempre es la vida, las hace sí o sí recuperarse y también es cierto que si ni la vida, ni las personas quieren, jamás se retoma nada, pero siempre será por voluntad, no por absoluta imposibilidad, en eso, yo no creo.
El tiempo se va, pero siempre hay otro y... volvemos al principio cielo... el cómo llevarlo, pasarlo, invertirlo y vivirlo depende de cada uno. Toodo depende, la mayoría de las veces aunque no nos demos cuenta, más de nosotros, que de nadie... ¡¡Ojalá puedas vivir el tiempo que te toque vivir, a la velocidad que te haga llevarlo lo mejor posible!!
A pesar de todo, creo sinceramente que siempre hay tiempo... siempre.
Ya, ya sé que llegarán en manada los catastrofistas ¡¡prepárate!! :-)
Un beso inmeeenso NURIETA bonita y feliz semana.
Jajaja Lo bueno de que no te lea mucha gente, como es mi caso, es que la manada será pequeñita.
EliminarYo también creo que el tiempo cambia las cosas, y algunos imposibles se vuelven posibles (un amigo diría que lo que parecía inviable se vuelve viable). Aunque en mi caso concreto no lo creo (jajaja la catastrofista acabaré siendo yo). Pero sí, nosotros tenemos mucho que decir al respecto. Siempre se puede decir algo, siempre se puede hacer algo.
Feliz semana guapa! Cómo va el tiempo? Aquí parece agosto.
Un besazo!!
El tiempo, esa gran mentira que encierra una terrible verdad.
ResponderEliminarSuscribo todo lo que dices. Y el cangrejito me parece tan mono...
Besos, Nuria.
Me gusta lo del tiempo como gran mentira.
EliminarNo veas cómo saltaba el cangrejo, no quería que lo sujetasemos. Paró lo justo para dejarse hacer la foto (creo que quería salir mono ; )).
Besos.
Gracias, tus comentarios me encantan...
EliminarLeo tu hermoso texto y percibo la música interior que lleva. Cuando escribimos sin darnos cuenta lo hacemos también con música. De ahí la percepción de los poemas, de los buenos poemas, siempre están impregnados de alguna melodía, que puede ser incluso atonal, vanguardista. Todos escribimos con música. Espero que la mía te llegue en esta reflexión. Tu espacio es auténtico, lleno de vida, de color, de verdad. Es lo que más se percibe en estas palabras que destilan tal vez melancolía. La melancolía es un estadio pasajero, como cualquier otro sentimiento. No pienso que la primavera sea mejor que el otoño, y en cada corazón hay la estación que hay. Todos somos diferentes. El tiempo es un misterio. Un solo nanosegundo de nuestra vida puede ser más decisivo que varios años. Tal vez nuestra suerte se decide en esos espacios de tiempo infinitesimales en que la vida estalla a modo de big bang. Te leo y disfruto con tus palabras. Me da igual que sean de tristeza o de lo que sea. Tu música me llega y es auténtica, sin impostura. Real.
ResponderEliminarGracias Joselu, de verdad. A mi me ha llegado la música de tu comentario, nítida, limpia, sin arreglos superfluos.
EliminarTienes razón, la vida se vive, se decide en esos nanosegundos. Uno de esos estallidos pueden ser el punto de inflexión que te hace ser quien eres, o ver claro lo que quieres. Son cortos, sí, pero la vida vale la pena por ellos.
Un saludo y gracias de nuevo.
Bueno! Me gustó este texto. Es curioso... Hoy lei en otro blog una entrada que también hablaba del tiempo y de lo mucho que puede ser, y de lo relativo que es para cada uno. Textos muy parecidos.
ResponderEliminarY te dejo el mismo comentario que le dejé a esa persona en su blog: Como dice un buen botija: el tiempo no es lo que pasa, el tiempo es lo que no pasa. Es el tedio, el tedio!
Abrazo
El tiempo es tema recurrente! Me alegra que te guste el texto.
EliminarUf, el tedio, ese que hace que los días duren 120 horas...
Beso
¿Te refieres a seis meses, con sus semanas y días todos iguales persiguiéndose,a los meses climatológicos, o al Tiempo?
ResponderEliminarPersonalmente me inclino por el Tiempo, por el lujo de disponer de él.El tiempo como lascivia, como lujuria de poder pillar todas las autovías que me salgan al paso y pasarme seis meses como dueño del tiempo, conduciendo por ellas sin destino y sin calendario. ¡Pueden pasar tántas cosas en seis meses! Desde luego, no lo consideraría tiempo perdido.
Entre poeta y holgazán.
Al Tiempo, ese terrible, inexorable y bello. Uff, seis meses conduciendo sin calendario nunca serían tiempo perdido. Hasta iría a ver ese museo de Tiepig ;)
EliminarUn beso.
180 días más o menos, lo que está claro, es que leyéndote, a uno (que es humano, cree) le entran ganas de no tirar ni uno solo de ellos por el desagüe.
ResponderEliminarPD: Lo de encontrar un trabajo es para programa largo de iker jimenez.
No hay que tirarlos, hay que vivirlos, disfrutarlos, estrujarlos, lamerlos, lo que sea menos desperdiciarlos.
EliminarUff, lo de encontrar trabajo... Yo vengo a tener eso tan alemán de un minijob, a la española, claro. Si encuentras alguno me lo mandas.
Un beso, poeta.
Seis meses de placer son una ínfima parte de tiempo, seis meses sufriendo son una eternidad. Los meses es mejor cogerlos de uno en uno, subdividirlos en semanas y estas, a su vez, en dias, los dias en horas y las horas en minutos y disfrutarlos, nunca seremos más jóvenes que ahora...
ResponderEliminarEs cierto, nunca seremos más jóvenes... Y eso que yo soy muy joven, aunque el carnet se empeñe en recordarme lo contrario, juas.
EliminarDisfrutemos, pues.