viernes, 24 de agosto de 2012
Las 11 y ocho
Cuando publique esto ya no será 23 de Agosto. Mejor. Hace 20 años y un día de la primera despedida. En realidad 20 años y un par de horas, como mucho, tal vez menos. Da igual. Casi todo da igual.
Y finjo que no importa. Y no importa, pero importa. Soy dos. Hoy más. A una ya le resbala todo. Otra sigue jodida.
Hace mil años, o más bien unos meses que han pasado lentos (para mi), te mandé un rastro de alguna planta en una piedra. Un copo de nieve, te dije. Tú contestaste que a ti te parecía una neurona. Sí, asentí, un astrocito. Los astrocitos son fascinantes. Son básicos para el mantenimiento del sistema nervioso, para la alimentación de las neuronas, para la regeneración en lesiones, para limpiar de desechos el cerebro. Antes se creía que no hacían más que rellenar huecos. Material de relleno.
A veces hay cosas en la vida a las que no damos la importancia que realmente tienen. Material de relleno, pensamos. Poco más. Pero si observas con mayor detenimiento te das cuenta de lo importantes que son. A veces pasa eso con las conversaciones. La gente habla y habla, sin darle demasiada importancia a lo que dice. Pero a veces esas conversaciones inócuas, poco importantes, vuelven una y otra vez, inoportunas y recurrentes, a golpearnos.
Seguro que ni recuerdas esa conversación, igual que yo no recuerdo muchas otras que he mantenido en mi vida. Pero seguro que algo que has dicho casi sin pensar, algo que para ti no es trascendental, para otra persona es casi vital, o no. Tal vez solo sea recurrente.
Nunca te llegué a contar por qué recordaba el nombre de los astrocitos, cómo lo había aprendido. No importa, eso me llevaría a otra historia triste. Otra mala historia. No importa.
Hoy he recordado de nuevo los astrocitos. Hoy te he recordado de nuevo. Porque hoy es hoy. Hoy es ese puto día que fue importante, o no. Un día más, una despedida más. Nada vital.
Y no importa, casi nada importa. Me alegra que seas feliz, ahora sinceramente. Ya no te odio por serlo. Pero hoy es hoy. Hay días...
Este agosto está siendo un reencuentro/desencuentro constante con el pasado.
Son las estrellas, y los atardeceres, y esos paseos en bici escuchando cigarras, viendo lagartijas serpenteantes cruzando la carretera.
Cada noche paseo hasta el puente. En la oscuridad escucho a los grillos frotando las patas traseras. Escucho el río, y el guardarrail haciendo un sonido metálico de vez en cuando, supongo que víctima de los cambios de temperatura. Y miro las estrellas. Y estoy allí tumbada hace 21 años, o hace 20 y un mes, a punto de pasar el primer agosto lejos de mi lugar en el mundo.
Luego le siguieron muchos más. Me disfracé de urbanita, de alguien que odia su origen, su lugar, ese que trae recuerdos que duelen. Fingí que odiaba esto, me autoconvencí, porque me desgarraba, porque me dejé convencer.
Pero una mariposa, por más que se disfrace de hoja sigue siendo una mariposa. Y yo seguí siendo esa que se perdía en los cambios de luz de la tarde, esa que observando las montañas verde oscuro, o la tierra rojiza era ella, esa que miraba a las estrellas y soñaba. Sólo fingí no serlo.
Pero cuando te descuidas te das cuenta de que el disfraz aprieta, o pica, o te tira de sisa. Te das cuenta de que estás cansada de intentar ser otra que no eres.
Ahora vuelvo a tener mi lugar en el mundo. Y duele mucho, pero también me hace feliz. Me hacen feliz los atardeceres rojos.
Y sé que los últimos post son raros. Y este más. Perdón.
Son preciosos tus últimos posts.
ResponderEliminarTe noto plácida, serena, sabia y equilibrada.
Con paz interior y generosidad con los recuerdos.
A mí me das envidia.
Besos.
Gracias! En serio.
EliminarLa paz interior me la dan los atardeceres increibles.
No tengas envidia. En una semana vuelvo a la realidad.
Besos a montones.
No podemos elegir lo que somos, pero si podemos elegir como somos...Un beso, que te veo "aplatanada"...
ResponderEliminarGracias por el beso! Estoy bien. Es que ya asoma la rutina la patita por debajo de la puerta.
EliminarElegir cómo somos... suena bien, pero no tengo claro que elijamos demasiado.
Besos!
A mi tambien me ha gustado mucho. Pasas del gris al blanco
ResponderEliminarY vuelta al negro sin pasar por el gris.
EliminarGracias, me alegra que te haya gustado.
La mayor felicidad es el reencuentro con una misma. Sentirte de repente a gusto en tu piel y en tu mundo y darte cuenta de que "el hombre de tu vida" eres tú misma independientemente de que tengas pareja o no, y que encajas perfectamente en el tiempo y en el espacio y que eres tan bella y encantadora como tú creas serlo. La felicidad depende más de nosotras mismas que de ninguna otra persona.
ResponderEliminarLos días malos son sólo pensamientos repetitivos negativos. Es bueno que los odios y sus pensamientos a veces nos invadan pero hay que dejar que fluyan y se vayan para que no nos atrapen.
Bellas fotos, Nuria y generosos pensamientos los tuyos.
Abrazo
La veo un pelín depre.
EliminarNo tiene ninguna etiqueta de origen..
Puede ser de donde quiera y ser lo que quiera. solo debe tener voluntad de serlo..
La soledad y la noche a veces no son la mejor compañía.
Que sabrán los peces del agua y sin embargo viven en ella...
Viva signorina y alégrese coño!!
un beso
Sicilia
Idoia, eso hago, intentar reencontrarme. Ojalá sea un buen hombre (yo, digo), que falta me hace, juas.
EliminarMi manera de que fluya lo malo y pase es esta, escribir sobre ello. Es como un exorcismo. Porque tengo claro que la que más zancadillas me pone soy yo misma.
Gracias! Me alegro de que te gusten mis fotos. Mis pensamientos... no tengo tan claro que sean generosos.
Un abrazo, y gracias.
Sici, pues algunos peces saben la composición química, grado de salinidad, contaminación, etc.
EliminarYo sí tengo denominación de origen, y ya no me parece nada malo. Soy quien soy, y pertenezco a donde pertenezco. Ya no pretendo ni engañar ni impresionar a nadie.
Además, sabes que sonrío mucho, que soy alegre.
La depre... esa la mantengo a raya. Pero hay días peores que otros.
Besos, caballero anónimo.
Y mi café??
Mmmmm NURIETA a mi me ha dejado extasiada perdida esta inmeeeeeensa mariposa que has colgado, preciooooosa, así... como tú ¿por qué crees que te llamo bolboreta? tus alas son enoormes, acaricinates y muchísimo más fuertes de lo que a simple vista parece. El pasado, las fechas, las personas, los lugares son tatuajes que a veces tiran en la piel, pero están ahí, crecen, se estiran e incluso a veces, en ese proceso duelen, mucho, a veces muchísimo...pero si las miras con generosidad como tú, si sabes quedarte con la parte positiva de todo ¡¡sieempre la hay!! mientras pedaleas te das cuenta que la brisa que te da en la cara, puede y debe llevase lo malo... deja que se vaya lo malo NURIETA y te lo digo... justo ahora que yo también estoy en horas bajas, casi te diría bajísimas... pero sé que pasarán si dejo que pasen... y lo harán, estoy segura. Son como los duelos que hay que soportar, vivirlos y dejarlos partir... recrearse en lo negativo es energía perdida que nos impide vivir... yo sólo quiero vivir, no pienso dejarme arrastrar por lo que pierdo, por lo que dejo o por lo que me quitan... camino, pasito a pasito y ¿sabes? lloro, a veces mucho, casi tanto como río... ahora toca agua... bueno... llegará el sol... siempre llega.
ResponderEliminarLas conversaciones son como la vida, un entresijo de cosas grandes y pequeñitas, a veces insignificantes que para unos pasan sin más y para otros se convierten en pequeños tesoros... esos astrocitos multifuncionales insignificantes pero esenciales para sentir... a veces pienso que lo más esencial siempre pasa desapercibido...los tontos le llaman relleno, pérdidas de tiempo, tonterías por eso creo algunas personas no conectan jamás con el mundo...sólo se fijan en lo grande... creo que el mundo valioso es el microscópico, el de los detalles, pero para verlo, hay que fijarse...¡¡aunque duela!!
Un beso inmeeeeeeenso mi querida bolboreta... no hay traje que tape, ni sirva a una mariposa NURIETA, sólo frascos... ¡¡vuela cielo!! ¡¡vuela!! te dejen o no, hazlo, como sea.
A mi también me fascinó esa mariposa. Además, como se estaba haciendo pasar por hoja, se estuvo bien quietecita para la foto, inmóvil, convencida de que me engañaba.
EliminarHoras bajas? Joder, qué asco de agosto. Espero que no sea nada grave, y que puedas volver a sonreir pronto. Hay épocas de monzón, lo sabemos. Lo bueno que tenemos es que las alejamos a base de risas. Si necesitas unas cuantas te mando un par de frascos. Y si te quitan algo importante avisa, que me planto ahí en un rato con un bate.
Yo vuelo. Y si me cortan a pedacitos las alas, yo paciente las recompongo, las pego y las dejo secar. A paciente y terca no me gana.
Las fechas lo bueno que tienen, por más jodidas que sean, es que pasan, y te queda un año para rehacerte.
Un beso con mucho sol, que aquí nos sobra. Voy con él a alejarte esas nubes.
Me gustan las conversaciones que quedan marcadas en nuestra vida...
ResponderEliminarprecisamente iba a escribir un post sobre algo así, todo el mundo debería tener unas frases que guardar en su caja de recuerdos, unas frases que lo hicieran especial...
al final he borrado el post... :P estaba inspirado en una canción que se me ha metido en la cabeza y no tiene mucho interés...
De mariposas y astrocitos... eres especial, no lo olvides
Besos abisales
Me hubiese gustado leer ese post. Me encantan las conversaciones, les doy mucha importancia, creo que demasiada. Luego algunas me golpean durante días.
EliminarA veces es difícil olvidar algunas frases, esas que duelen. Otras son frases en apariencia poco importantes las que se graban.
Muchas gracias, en serio.
Besos guapa!
Exacto, Nuriña, hay momentos. Hay momentos cabrones que nos ponen melancólicos. Sí, a mí también, como a todo quisqui. Tomamos una imagen y hacemos de ella una generalidad. Los flashes impactantes del pasado sólo son eso: flashes, escenas de un segundo a las que podemos llenar de literatura. Vale, momentos que te abrigan, que te acompañarán el resto de tu vida, sí. Pero la vida es más, porque dentro de veinte años te acordarás de momentos de hoy, y serán otras escenas a las que ahora mismo les quitas relevancia. Jugar con tus cachorros, ese mismo atardecer que seguirá ahí y esa lucha con la vida que te muestra que tienes fuerza.
ResponderEliminarLos recuerdos que nos atacan, que nos hacen pensar en momentos puntuales del pasado simplemente son parte de nuestras sensaciones presentes, y nuestro ánimo convierte a esas sensaciones en picos altos y en picos bajos, analizados en caliente, eligiéndolos en función de nuestro estado de ánimo. Por eso, en ocasiones nos reímos a carcajadas de una anécdota de otros tiempos, y otras veces nos clavamos esa anécdota en el alma.
Besosmuchos.
De esos momentos cabrones no hay quien se libre, no hay quien nos libre.
EliminarYo soy de coleccionar frases, palabras, conversaciones. Les doy, seguramente, más importancia de la que tienen.
Ten por seguro que dentro de 20 años recordaré las conversaciones de ahora, al menos fragmentos, lo que para mi haya sido importante. A veces algo puede parecer trivial, pero en realidad no lo es. A veces algunas cosas parecen más importantes de lo que son.
Y sí, puedo reir de anécdotas de hace años. Pero eso no me resta capacidad de reir en el presente, del presente. Río mucho, converso mucho, y sigo coleccionando conversaciones. Siempre escucho/leo atenta. Siempre hay algo que compartir, que aprender, algo que me haga feliz, que me haga sonreir.
Mi alma es insaciable en cuanto a anécdotas y palabras se refiere.
Me gustan tus comentarios. Gracias.
Besosmuchos.
Tus posts cada vez son mejores, Nuria. Cuando escribes dejas una ventanita abierta a una pequeña parcela de tu vida, y yo me empapo de ella comprendiendo cada día un poquito más, intentando imitar parte de tu comportamiento o modo de ver las cosas para mi propia vida. Los paseos en bici hasta el río, las chicharras y los grillos, ese olor peculiar las tardes de verano al caer el sol, esos pequeños bichitos que se cruzan en tu camino mientras paseas río arriba, montaña abajo… tu lugar de origen o tus raíces me traen recuerdos de las mías, las que estoy recuperando en estos instantes. Y leerte es el mayor de los placeres. Nunca dejes de sonreír. Besos, dulce musa.
ResponderEliminarMuchas gracias Irene, no sabes cuánto significan para mi tus palabras. Pero no me imites, yo suelo hacerlo todo bien... del revés. No hago demasiadas cosas bien.
EliminarMe alegra ver que recuperamos juntas nuestras raices (me has recordado tu post sobre los veranos de tu infancia, sobre las siestas imposibles... yo recuerdo cuántas vigas de madera habían en la habitación de la casa donde pasabamos el verano porque me dedicaba a contarlas una y otra vez mientras intentaba en vano dormir), es importante reconciliarse con lo que uno es.
No dejo de sonreir por más mal que esté el mundo, por más que la vida me arañe. Es mi arma secreta para sobrevivir.
No soy muy musa, en realidad. Tú eres la musa, yo sólo me disfrazo de musa de vez en cuando... pero no inspiro mucho.
Besos preciosa.
Me he quedado extasiado intentando perderme en esas vigas de madera de tus techos.
ResponderEliminarEstas a punto de ser inmensamente feliz, no hay otra.
Ojalá! Me gustaría.
EliminarMe ha gustado muchisimo tu comentario, muchisimo.
Besos.
Por supuesto que recuerdo la conversación!!!!
ResponderEliminarMe odiaste por ser feliz?
Un besazo de mariposa.
Ah! y dentro de veinte años te seguiré queriendo como hace veinte o como hoy.
Claro... No has leido "Te odio"? Mejor. Así me sigues queriendo, juas.
EliminarYo te querré dentro de mil años. Es así.
Besos de gominola.
Ah, no te odiaba por ser feliz. Te odiaba por no ser feliz conmigo. Es distinto.
EliminarMás besos.