martes, 18 de septiembre de 2012
Estrellas, cuentos, felicidad
Por la noche, cuando puedo, me meto en su cama. Se hace un ovillo, y yo acoplo mi pecho al arco de su espalda, hechas una madeja. Nos ovillamos igual, hasta en eso nos parecemos. Se acurruca, pegándose bien a mi y me pide que la abrace. Se gira, en un ángulo imposible y me besa.
Cuentame un cuento mami, me dice. Yo le pregunto si quiere el de la nube que se quedó enganchada a un rascacielos, o el del caracol que quería correr, o el del erizo perdido. Otra noche, responde. Y el del hada del pijama (un hada gruñona que se parece sospechosamente a mi)? Ese mañana, porfa. Hoy quiero el de Marina. Es su favorito, el primero que le conté. Normalmente le cuento cuentos dentro de cuentos, y ella es mi protagonista. Hoy sólo quiere a Marina.
Marina es un cuento vivo, van variando los detalles, meto animales marinos nuevos, a ver si así le entra curiosidad y cuando crezca quiere bucear conmigo.
Lo malo de variar cuentos con alguien con tan buena memoria es que siempre olvido detalles que ella recuerda. Y el pulpo y la tinta, mami? Me pregunta divertida. Y yo le cuento cómo el pulpo huye dejando tras de sí una nube de tinta que te deja sorprendido y confundido.
Normalmente olvido a propósito al pepino de mar, para ver cómo me pregunta con sorna. Le encanta, es su preferido. Y yo siempre sonrío recordando a Gerald Durrell y sus pepinos de mar-pistolas de agua.
Así es el cuento...
Marina era una estrella, una de esas que puedes ver cualquier noche si la contaminación y las luces cegadoras de la ciudad te lo permiten. Si mirabas al cielo en una noche clara podías verla allí brillando, como si sonriese. Pero Marina no sonreía, y cada día su brillo se iba apagando.
No, no se podía decir que fuese una estrella feliz, y eso era porque Marina tenía un sueño inalcanzable, uno de esos totalmente imposibles: Marina quería ser estrella de mar.
Cada día y cada noche miraba desde al cielo y veía el mar, a veces calmado, otras nervioso, tal vez iracundo, pero siempre bello y lleno de vida. Veía a los delfines saltando alegremente. Veía a las anémonas, con sus tentáculos, meciéndose suavemente al ritmo de las corrientes, acariciando el agua. Veía a los pulpos, transformándose en algo parecido a rocas, o cambiando de color para parecer parte del fondo. Observaba a las medusas, las más bellas criaturas, nadando con su cuerpo gelatinoso, parecía que latían. Veía corales de colores llamativos, y otros que parecían cerebros. Se fijaba en los peces luna tumbados sobre un lado, tomando el sol y dejándose llevar. Veía a los tiburones con sus esbeltas formas, paseándose con la tranquilidad que da reinar tanto tiempo en los mares. Miraba a los cangrejos, con su torpe caminar, desgarbados …
Soñaba con verse rodeada por un cardumen de doncellas, diminutas, moradas, juguetonas, y con tener un amigo pepino de mar. Todo el mundo cree que son aburridos, porque hacen más bien poca cosa, pero a ella no le importaba.
Y cada día, cada noche sólo deseaba estar en aquel mar increíble, formar parte de él.
Marina vivía triste, y sus padres, preocupados, observaban cómo lloraba, cómo paseaba absorta, como en otro mundo, siempre soñando, incluso cuando estaba despierta, con estar en el mar.
Sus hermanas intentaban animarla, pero nada parecía funcionar. Desesperados, sus padres acudieron a hablar con el Sol. Él era una estrella anciana, conocida por su sabiduría. Le plantearon el problema de Marina, y le preguntaron qué debían hacer. ¿Cómo iba a querer ser una simple estrella de mar, ella, que era un astro iluminando el gran cielo?
En mi opinión, dijo el Sol, podéis hacer dos cosas, pero depende …
¿Depende? ¿de qué?, preguntaron los padres de Marina.
De cuánto queráis a Marina, y de si queréis realmente que ella sea feliz, respondió el Sol. ¿Creéis que Marina puede ser feliz siendo estrella? ¿Qué es más importante: tenerla cerca o su felicidad?
Los padres de Marina se marcharon pensando en las preguntas del Sol, y al fin vieron claro lo que deseaban.
Como iba a ser el cumpleaños de Marina, le organizaron una gran fiesta. Marina no tenía muchas ganas de hacer como que era feliz, de fingir que estaba alegre en aquella fiesta, pero como no quería entristecer a su familia, decidió ir.
Sus padres le regalaron un vestido plateado, con una larga cola. Se lo puso y fue a la fiesta. Allí le hicieron soplar las velas de un gran pastel. Sopla las velas y pide un deseo, dijo su madre. Ella pensó que el único deseo que quería no se cumpliría jamás, pero aún así lo pidió.
Ahora vamos a cumplir tu deseo, dijo su padre. Danos un beso y despídete de nosotros, añadió su madre.
Marina estaba tan sorprendida y emocionada que se despidió de todos como en un sueño.
¡Salta!, la animaron todos.
Marina se tiró de cabeza al mar, y al caer, la cola de su vestido parecía la estela de una estrella fugaz.
En cuanto tocó el agua, Marina se convirtió en una estrella de mar.
Ahora, todas las noches sabe que las estrellas brillan para saludarla, y que son felices porque ella ha cumplido su sueño. Marina es feliz en su gran mar, y hasta tiene un amigo pepino de mar, que ha resultado no ser nada aburrido.
La Fuga – Los lunes de octubre
Yo sé dónde coño se esconde la felicidad. La felicidad se esconde en el arco de su espalda, en los juegos de letras, en las torres de zapatos que aparecen de la nada... Ahí está, agazapada esperándome.
Hermoso cuento. Me puedo imaginar la mirada agradecida con la que te escucha tu niña en esas noches en las que tanto necesitan estar acompañados. En mi opinión no hay nada más generoso y desprendido que dedicar unos minutos cada noche a los que más nos necesitan: nuestros niños. Al precio que corren los segundos en esta vida tan inflaccionista no resulta nada fácil en ocasiones. Te aplaudo y te mando un gran abrazo. oleeee!!!
ResponderEliminarGracias! Intento disfrutarlas mucho, sí, y jugar con ellas. A veces el tiempo parece insuficiente, o el cansancio y el hastío de la rutina no nos dejan disfrutar, pero cuando sales al pasillo y te encuentras una torre de zapatos, o las ceras formando arcoiris con los colores perfectamente colocados,... Centrarse y reir es más fácil.
EliminarUn abrazo!
ResponderEliminarMuy tierno. La imagen de la torre de zapatos despierta una sonrisa incluso en un decadente como yo.
Frunzo el ceño, y te beso desde la distancia.
Felices sueños.
Es que mi hija pequeña es dada a las construcciones. Le da igual zapatos, lego, o trozos de pepino.
EliminarNo frunzas el ceño, te arrugarás. Prefiero las arrugas felices de la sonrisa.
Te beso también en la distancia (está hoy más lejos Madrid??).
Tienes la felicidad pegada a ti.
ResponderEliminarDisfrútala.
Que linda...
Besos.
La disfruto, es lo único que me une a esta dimensión.
EliminarGracias...
Besos a montones y achuchones.
Estoy de acuerdo completamente con Toro.
ResponderEliminarTE PROHIBO QUE TE ENTRISTEZCAS CON LO QUE TIENES AL LADO !!!;)
*¿Puedo darte un consejillo Nuria?
Siempre que te acuerdes graba esos cuentos vivos y pásalos a papel. Aunque no lo creas se te acaban olvidando ... y no solo esos detalles que no se les escapan Jajaja... Yo no lo he hecho y es una pena porque forman parte de su infancia, tanto o más que las fotografías.
Besos "Hada gruñona cuentacuentos"
He empezado a hacerlo hace poco! Y sí, se olvidan. El del erizo se ha perdido en el universo de los cuentos olvidados. Espero que no me lo pida, juas.
EliminarSoy feliz y sonrío mucho, por ellas, y por esos momentos de cotidiana felicidad. El resto... que se derrumbe si quiere.
Besos!!
Ese es el espíritu Nuria!
EliminarEllas hacen que se pueda con todo, te lo aseguro :)
Cuando estaba casada, nos turnábamos cada noche para contar nuestros propios cuentos. Cada uno tenía su propio personaje principal.
Cada día el cuento variaba en mi caso y aprovechaba cualquier cosa que les hubiese sucedido durante el día o cualquier preocupación o cosa divertida para convertirlo en argumento y transformarlo. Era realmente divertido y educativo a la vez (las pautas educativas variaban en esas noches alternas, también he de decírtelo... Jajaja...).
Ahora me parece todo muy lejano aunque no haya pasado tanto tiempo.
Un día te das cuenta de que se hacen mayores, es de un día para otro, increible! y entonces en lugar de contarles cuentos tú, te encargas de escogerles, sin que se den cuenta de que quien escoges eres tú, los libros que leen y que les encantan.
Ah!!! Otra sugerencia es que los ilustren ellas, es muy divertido .)
Besos
Gracias! Tomo nota de las sugerencias.
EliminarEn mi caso los cuentos los cuento sólo yo. Pero en general las pautas educativas también varían, en todo.
Crecen demasiado rápido.
Me gusta la idea de escogerles los libros!
Besos!
Y eres adorable además. Lo sabes.
ResponderEliminarTe voy a dar el teléfono de un par de personas para que les informes, jajjajajjaj
EliminarGracias.
Que ternura! como dice Toro tienes la felicidad pegada a ti, valórala aunque fallen otras cosas (sé que lo haces)Me has recordado la infancia de mi niña, dormíamos juntas porque mamá no tenía pareja y aparecía en mi cama cada noche, inventé decenas de cuentos para ella porque los clásicos no le interesaban.
ResponderEliminarEsta semana mi chico está de viaje y con 12 años ella duerme conmigo, y yo soy feliz.
Muchos besos
Gracias! Yo tengo los mios, y tengo mi versión particular y payasa de los clásicos (me meto mucho con la madre inconsciente de caperucita, por ejemplo).
EliminarYo a la que me descuido veo mi cama felizmente ocupada por mis 2 enanas. Yo... apretada pero feliz, jajajjajaj
Qué genial que quiera seguir durmiendo contigo!!
Besos Inma, y un par de abrazos.
Que chuli!!
ResponderEliminarLa felicidad está en las pequeñas cosas , yo estoy convencido de ello!
No la busques en lugares increíbles e inmensos..
Hay dos maneras de vivir la vida:
Una es como si nada es un milagro, la otra es como si todo fuese un milagro!!
Nos contara más cuentos, si . si . si??
Un piacere beso
Sicilia
Para mi todo son pequeños milagros (has visto mis fotos, no? soy de detalles).
EliminarSi eres un niño bueno te contaré más cuentos, jajjajajjajajaj
Iba a dejarlo contado con mi voz... pero no quería dormir a nadie.
Besos Sici.
Nuriña, todo eso está muy bien, chica. Es muy tierno. Pero no hace tierna a tu niña, te hace tierna a ti y ella lo mamará de ti.
ResponderEliminar:-)
El cuento está muy bien, ¿es tuyo? Pero lo que más me ha gustado es el párrafo siguiente al cuento. Ahí sale Nuria sin cuentos.
Un besito.
El cuento es mio, sí. Gracias! A mi también me gusta la Nuria sin cuentos, juas.
EliminarEspero que a ellas les llegue algo de la ternura que me inspiran, y de la felicidad que me dan.
Un besazo.
Precioso Nuria. Imagino que suerte tiene tu niña de tener una mami como tú, imagino la suerte que tienes tú de tener una hija tan inteligente. A mí nunca me contaban cuentos, no había tiempo. Pero sí me arropaban o me daban un beso antes de dormir. La verdad es que son las cosas más bonitas de recordar cuando te haces mayor. Quién pudiera abrigarse de nuevo en los brazos de una madre. Un beso :-)
ResponderEliminarEs muy inteligente, sí, tengo mucha suerte. Tanta lógica en un envase tan pequeño...
EliminarEsos ratos son los que se recuerdan siempre. Yo recuerdo a mi madre leerme. Y sabes qué recuerdo mucho? No sé por qué me ha venido a la mente. Cuando estudiaba en la facultad me gustaba estudiar de noche. Si me cansaba mucho me acostaba un par de horas. Cuando sonaba el despertador, mi madre se levantaba, ponía la cafetera, y se tomaba un café conmigo. Cuando me veía despejada se acostaba (con el café recién tomado a las 4 de la mañana, juas). Esos ratos son los que hacen que todo valga la pena.
Un besazo!
Escribí bastante sobre mis ratos pasados con mi hija pequeña antes de ir a dormir. Ahora ya han pasado a la historia. ¡Es tan breve ese periodo! Ahora son otras las prioridades, y la realidad es otra. Una plasmación hermosa de esos cuentos que tu hija recordará siempre. Son tan afortunados los niños cuyos padres les cuentan historias…
ResponderEliminarPor otro lado, he recibido el que creo tu mensaje en mi blog. No te he escrito porque no conozco tu correo personal, pero si lo hubiera tenido, lo hubiera hecho. No voy a volver. Es una decisión tras siete años de publicar. Ahora anhelo una desaparición de la esfera pública para desvanecerme en la nada. Entiendo que lo que pretendía ya lo he tenido. Han sido siete años apasionantes que he vivido con intensidad. Ahora llega el silencio para uno al que le gusta intervenir. Pero ya está, Nuria, mis anhelos de proyección han acabado. Entiendo que me impulsaba cierta vanidad que ya ha sido saciada. En el fondo todo es inútil, todo menos nuestro día a día al que damos sentido con nuestra voluntad. Pero hablar ya se me ha convertido en poco menos que accesorio. Gracias por tus palabras, Nuria. Es un placer venir a explicarme.
Joder (perdón). Por una parte es un placer leer un comentario tuyo, ya sabes que siento debilidad por ellos. Siempre me han hecho reflexionar, y me han traido esperanza.
EliminarPor otra parte... qué tristeza. Pero enorme, de verdad. El mensaje era mio, sí. Te echaba de menos. Me entristece saber que no vuelves, que no te leeré. Pero si es lo que necesitas, lo que te pide el cuerpo, el espíritu, pues es lo que tienes que hacer. Espero que seas muy feliz, y que la retirada te llene.
Si alguna vez quieres escribirme me encantará. Mi correo es gnuri75@gmail.com
Gracias por todo. Un beso.
Como dice Joselu Núria, dura tan poco... atesora cada momento, vívelo intensamente, luego los brazos, aunque abrazan igual, no abarcan la inmensidad.
ResponderEliminarTodo lo que escribes me parece hermoso, tú me pareces un ser muy auténtico, y por esas y otras cosas, pequeñas, sencillas, por eso vengo aquí siempre, y no, no creas que llego la última, probablemente te leo la primera, porque solo leo a quien me emociona, y tú siempre lo haces.
Un beso grande y mi cariño, sincero.
Muchas, muchas gracias. Sabes que el cariño es mutuo, y sí, sincero. Tú me estremeces, tus letras me emocionan, y muchas veces... me ponen, jajajs, pero no se lo digas a nadie ;)
EliminarMe encanta que me visites. Ponte cómoda, estás, lo sabes, en tu casa. Para cualquier cosa, ya sabes.
Un besazo preciosa.
Ese arco de su espalda pequeñita, siempre será la cosa más preciosa a la que te agarres en la noche, NURIETA y ella seguro, segurísimo que jamás tendrá nada tan bonito sonando en su orejilla como tu precioso cuento susurrado por ti.
ResponderEliminarMe alegro infinito que ellas te te tengan a ti y tú a ellas, eso no os lo quitará jamás nadie a ninguna.
Muy bonita tu estrella de mar:))
Un beso inmeeenso preciosa y recuerda ¡¡chapotea hoy por mi en los charcos!! yo miraré al sol por ti y... sonreiré:))
Muaaaaaaaaaakss y dos besitos más para ellas... feliz día.
Hoy, María, he tenido de todo, lluvia, chapoteo en los charcos y sol. Me he acordado mucho de ti.
EliminarMe alegra que te guste mi estrella. Y espero que tengas razón, y no nos lo pueda quitar nadie. Esos momentis son los que me mantienen en el día a día.
Besazos guapa, y disfruta del sol mientras puedas!
El cuento es precioso, Nuri. Enhorabuena por esa imaginación tan brillante :D.
ResponderEliminarY respecto a la felicidad, pues eso, que está en el arco de su espalda, en su sonrisa y en sus carcajadas, en su desorden crispante, en su mirada limpia... Soy madre y sé de qué hablas perfectamente. Son el motor de mi vida y donde busco las fuerzas cuando no tengo ganas ni de mirarme al espejo.
Un beso fuerte
Eso es exactamente. Son mi motor, mi felicidad, lo mejor que he hecho nunca.
EliminarMs alegra que te guste el cuento. Gracias!
Un beso enorme Novi.
Un cuento muy hermoso y escrito de forma bella usando las palabras más adecuadas para cada momento. Solo una pequeña crítica ¿no crees que los cuentos tradicionales, y éste participa de ellos aunque sea de tu propia cosecha, dependen demasiado de la idea del cambio, del milagro que altera la vida de sus protagonistas? Puede ser el beso de un príncipe, un zapato con buena suerte, el salvador de la voracidad de un lobo pero siempre hay un hecho milagroso que trastorna la vida y la hace resplandeciente. ¿No sería mejor que existieran junto a estos cuentos maravillosos otros que enseñaran a la gente a sacar partido de sus vidas tal como son y sin necesidad de esperar el milagro? No es resignación, si no esperásemos tanto el milagro, disfrutaríamos mejor de lo que tenemos.
ResponderEliminarNo lo había pensado de esa forma. Tienes razón. Pero yo se lo planteé más bien como empeño por conseguir lo que quieres. Es cierto que en los cuentos (en el mio también) hablan de grandes milagros. Imagino que es para fomentar que imaginen, pero quizás no les enseñan a disfrutar de lo importante.
EliminarEl cuento del caracol que quería correr era quizás más de aceptación, de disfrutar de lo que se tiene. Te lo resumo. Era un caracol que se quejaba continuamente de su suerte, porque al cargar con su concha no podía avanzar tan rápido como la babosa. Un día despertó convertido en babosa, y, feliz, empezó a pasear. Entonces vino un pájaro, y él fue a refugiarse en su casa, pero no la tenía. Escapó por los pelos y siguió. Tenía frío, porque ya no tenía la concha para acumular calor. Y luego empezó a llover, y cuando pensó en refugiarse recordó que ya no tenía donde, así que se cubrió como pudo con hojas frías y húmedas. Entonces despertó, y se dio cuenta de que había sufrido una pesadilla. Su casa le parecía maravillosa, ya no parecía pesar tanto, y veía perfectamente sus ventajas.
Tengo cuentos de todo tipo. Suelo usar uno u otro dependiendo de lo que preocupa a mi hija mayor (la peque aun pasa bastante de mis cuentos), dependiendo de lo que yo crea que necesita. Si es aceptar algo que no puede cambiar, como ser inteligente (ya, no debería ser duro de aceptar), le cuento el del caracol. Pero si viene frustrada porque no le sale bien tirar la pelota, o algo así, le inculco que persevere, que casi todo se puede cambiar o mejorar.
Besos. Y gracias como siempre por tu opinión. Siempre me dejas pensando, y eso me encanta.
Eres una cuentacuentos de primera, fantástico el del caracol. Este cuento para ti, una brava, de un ilustre monologuista galego, que refleja bien la idiosincrasia de por aquí:
Eliminarhttp://youtu.be/biwZub2FyVw
(Luar es un programa musical de larga tradición en la televisión gallega)
Gracias! Me alegra que mi caracol descaracolado te guste. Me ha gustado el monólogo. Se lo mandaré a una amiga mía, una brava galega, seguro que le gusta.
EliminarBueno, pues ya que el Dr KRAPP, te deja su historia de mujeres bravas ... jajaja gracias también por la parte que me ha tocado de ella y de tu caracol...
ResponderEliminarAquí te dejo...
Un cuento precioso, de un hombre mágico, que creía que no sabía contarlos y lo hizo mejor que nadie. Yo creo que lo único que se necesita para contar cuentos a los niños, es seguir siendo sieeempre un poco niño.
FELIZ SÁBADO, mi querida NURIETA
Verás, el original, es en galego, porque este corto lo hicieron gallegos... pero he pensado que en esta versión lo entenderías mejor.
Un beso inmeeenso cielo.
Precioso cuento, cierto. A veces es mejor no dejar de ser un poco niño. Los mayores son más aburridos en general XP
EliminarBesos solecillo mio. No me dejes de alumbrar nunca!!
Aqui estaba N... Y Marina, la que sueña con ser estrella de mar... Ojalá la Marina de verdad consiga un dia cumplir lo que anhela... Quizá sea osado, pero es algo que me gustaría ver... Mas besos a las dos.
ResponderEliminarNo, no, esta también es V. N es la constructora de torres de zapatos. Pero por ahora mis cuentos son para V. N sale de refilón en el hada de los pijamas.
EliminarMarina... no sé si lo conseguirá, no sé si alguien lo verá.
Más besos.