Arañas enormes habitan bajo mi cama, esperando que cambie mi
respiración, que deje el mundo y entre en mis sueños para meterse por mis oidos,
por mi boca, por mi nariz, y llenar mi cerebro de sus telarañas pegajosas,
donde quedan pegados los monstruos, la melancolía, la tristeza, … Y ahí
permanecen, golpeando mi cerebro en su lucha por liberarse, atrapados,
condenados a vivir conmigo.
Y vuelven a brotar rosales de mi garganta. Espinas
desgarrándola, sabor metálico. Todo se vuelve rojo, después amarillo, todo
desaparece. Gira, gira, gira el puto mundo alrededor, y los sonidos llegan
pastosos, tan densos que no pueden entrar en los oidos.
Ausencia, vaivén, te quiero y no te quiero, a ratos, a turnos. Hoy toca, hoy no.
Vuelve. Siempre vuelve. Perfecto, todo es de una perfección desesperante, exasperante, obtusa. Una perfección llena de aristas, de espinas, de esquirlas que se clavan en mi piel, haciendo jirones de Nuria, dejándome dolorida y ajada. Así que recojo pedacitos, los restos de epidermis, de dermis e intento recomponerme pegándolos con mi saliva. Pero caen, siempre caen.
Hablar tampoco funciona, es como si yo hablase ruso y las palabras llegasen en bielorruso. Parece lo mismo. No lo es. Y entonces malentendidos, palabras que vuelven llenas de escarcha, mutadas, terribles. Esas no son las mias, las has entendido mal, grito yo desconcertada. Esas son otras, distintas, oblicuas, punzantes.
Interferencias, problemas de cobertura, soledad. Neuronas que deciden suicidarse en masa. Astrocitos impotentes ante tanta autodestrucción.
Lobotomía sin anestesia. No suena mal. Arrancar la consciencia, la melancolía, el pseudorromanticismo de saldo. Un punzón atravesando circunvoluciones, mielina, axones cercenados… Silencio, al fin. Fin de …
Ausencia, vaivén, te quiero y no te quiero, a ratos, a turnos. Hoy toca, hoy no.
Vuelve. Siempre vuelve. Perfecto, todo es de una perfección desesperante, exasperante, obtusa. Una perfección llena de aristas, de espinas, de esquirlas que se clavan en mi piel, haciendo jirones de Nuria, dejándome dolorida y ajada. Así que recojo pedacitos, los restos de epidermis, de dermis e intento recomponerme pegándolos con mi saliva. Pero caen, siempre caen.
Hablar tampoco funciona, es como si yo hablase ruso y las palabras llegasen en bielorruso. Parece lo mismo. No lo es. Y entonces malentendidos, palabras que vuelven llenas de escarcha, mutadas, terribles. Esas no son las mias, las has entendido mal, grito yo desconcertada. Esas son otras, distintas, oblicuas, punzantes.
Interferencias, problemas de cobertura, soledad. Neuronas que deciden suicidarse en masa. Astrocitos impotentes ante tanta autodestrucción.
Lobotomía sin anestesia. No suena mal. Arrancar la consciencia, la melancolía, el pseudorromanticismo de saldo. Un punzón atravesando circunvoluciones, mielina, axones cercenados… Silencio, al fin. Fin de …
No importan tus advertencias, arañita... siempre es un gusto leerte.
ResponderEliminarAunque sea llena de telarañas, espinas, tristeza y lo que sea NURIETA, tus palabras siguen sonando a ti y me gustan.
Lo que no me gusta es verte tan hecha polvo, pero que saques todas las arañas a pasear está bien, que salga todo en letras y deje de doler es bueno, que se escurra todo el agua sucia por el sumidero y quede todo limpio, seco y sin humedad de esa que hiela los huesos, lo mejor que puedes hacer.
Así que por favor, deja en paz a tu cerebro y a tus neuronas que están perfectas, preciosas y estupendas soltando estas cosas aquí para nosotros ¿de acuerdo cielo?
Mil besos, un abrazo cálido que te abrigue y descansa...
Mañana la lobotomía te parecerá una malísima idea:-)
Sacar las arañas, las telarañas, etc de mi cabeza está muy bien, ayuda más de lo que nadie pueda pensar.
EliminarYa tengo la lobotomía hecha, todo solucionado. Sigue pareciéndome una solución, jajajaj
Gracias, siempre. Gracias por estar, por entender, por no juzgar. Coño, gracias por ser tú.
Besos muy abrigados, que nos hemos saltado el otoño ese que tanto me gusta y hemos pasado directos al invierno.
Y un tupper de achuchones.
Que envidia de esas arañas...
ResponderEliminarAsí que bajo tu cama están las listillas eh?
Anda que no saben nada...
Una lobotomía les haría yo a ellas.
:P
Venga, hoy va ser un buen dia.
Ya pasó toda la tristeza de ayer.
Aire nuevo y sol que te caliente el alma.
Besos.
Ahí viven, ahí, siempre cerca.
EliminarYa pasó, sí. Me ha venido muy nien tu sol y tu aire nuevo. Gracias.
Besos.
Los axones siempre me han infundido mucho respeto. En cuanto a las arañas, ya sabes, tú lo sabes. Eso.
ResponderEliminarY me encanta el surrealismo de esas rarezas donde confluye la pesadilla con la pulsión creadora.
Bisous.
Ay, las arañas. Sé, sé. No te he hablado de mis escolopendras, o de las larvas de libélula, no? Algún día.
EliminarGracias, en serio. Me encanta que te encante.
Besos.
¡¡¡Aupa, Nuri¡¡¡ No hay araña inmortal. Yo sé que tú vas a poder con las tuyas.... ;-)
ResponderEliminarUn beso y feliz lunes
p.s. El comentario anterior tiene un enlace... Es que no sé si se ve :S
ResponderEliminarSe ve, se ve!! He tenido un ataque de risa de lo más oportuno.
EliminarPodré con ellas, no lo dudo.
Besos Novi!! Y gracias por el insecticida.
Disfruta de tus sueños, camina con ellos y contemplalos como el espectador de una película en la que uno es protagonista. Hay algo en ti que necesita ser liberado y se refugia en el espacio en que la armadura es más frágil. Reconciliar el inconsciente y la conciencia es una tarea ardua, pero no hay otra salida que el armisticio si uno quiere encontrarse en paz con uno mismo.
ResponderEliminarQuiero, quiero. A veces cuento lo de mis arañas para ver si así cobra sentido, y encuentro qué es eso que quiere salir. Tengo que conseguir reconciliarlos. Necesito paz.
EliminarBesos.
claro
ResponderEliminarlas arañas
me pasa lo mismo
asperamente
siempre
Asperamente...
EliminarAsco de arañas.
Besos.
¿Te gustan las arañas?
ResponderEliminarSeñora, yo como de todo...
Jajajjajajajjajjjajajjajajjajajjajajajjajajjajajjajajajjajajjajajjajajajaj
EliminarMira, arañas no he comido nunca...
Pesadillas... que tendrá nuestro cerebro?
ResponderEliminartan sólo debemos aprender a cosernos la piel... pues solo hay una.
Mañana traigo un spray matatodo ;))
Besos abisales
Aprender a cosernos la piel... Me gusta, suena bien.
EliminarSí!!! Ese spray, por favor!!
Besos!
Suscribo el comentario de María, es bueno y parece que funciona que vuelques aquí tus sueños, tus pesadillas, lo que molesta o lo que hiere. Es algo terapéutico que ayuda más de lo que imaginamos. A mí me está surgiendo efecto, espero que a ti también. Besos sonrientes!!
ResponderEliminarA mi me ayuda, mucho. Es como si todo cobrase sentido. De repente ves lo que has escrito y te das cuenta de lo que sientes. No sé, me centra. Me alegra que a ti te ayude. Me gusta que estés bien.
EliminarBesos somnolientos!
A veces las arañas son hermanitas de la caridad si las comparamos con algunos humanos. No temas, solo todos los sentidos bien despiertos, y un buen fruss fruss contra arañas o moscas cojoneras, por nombrar algo que no mata pero jode.
ResponderEliminarun beso
A veces las arañas son hermanitas de la caridad si las comparamos con algunos humanos. No temas, solo todos los sentidos bien despiertos, y un buen fruss fruss contra arañas o moscas cojoneras, por nombrar algo que no mata pero jode.
ResponderEliminarun beso
Jode mucho, ciertamente. Las arañas en el fondo no son tan malas. Cuando pasa el mal momento se marchan. Hay humanos que se niegan, y se quedan ahí, como eso que nombras, como moscas cojoneras.
EliminarUn beso, dulce calmA.