miércoles, 7 de noviembre de 2012

Pequeños tesoros


Hace unos días, haciendo limpieza de recuerdos (sí, ando de limpieza física y mental, y vacío mi alma aquí, y los cajones en mi casa) encontré una moneda de 10 pesetas. Tengo varias, las conservo como un resquicio de cordura. De repente al mirarla más atentamente, me di cuenta de que la habían retocado. En realidad la habían mejorado bastante, y el rey tenía mucho mejor aspecto. Había guardado un pequeño tesoro, un rey punk, durante años sin saberlo. Imagino a Victor, quien lo retocó (así firmaba en el otro lado de la moneda), trabajando para despues liberar su obra. Este hallazgo me trajo a la memoria una historia que escribí hace tiempo...


  Nunca tuve mucha relación con mis abuelos maternos. Para mi eran gente a la que íbamos a ver a menudo, pero que no mostraban mucho interés por nosotros. No era falta de contacto, era más bien falta de cariño. No creo que fuesen malas personas, es sólo que vivían, pensaban como la gente en los pueblos a principios de siglo. Las hijas eran… las que les iban a cuidar, a servir. Las querían razonablemente, pero como a los hijos varones no, eso jamás.
 Cuando estaba en sexto o séptimo de EGB (qué mayor me siento de repente) me mandaron un trabajo en Sociales (vendría a ser Geografía e Historia). Tenía que hacer un trabajo sobre la guerra civil. ¿Qué haría? No quería buscar en la enciclopedia y copiar el rollo que iban a copiar todos. Eso no me servía, no si quería sacar buena nota, no con aquel profesor. Con él había que hacer algo distinto, más creativo, más trabajado. Pensé en hacer una especie de artículo de periódico, tal vez una entrevista, pero… ¿a quién? ¿a quién conocía que pudiese hablarme de la guerra? Mi abuelo había estado en la guerra, pero hacía poco que había muerto. Mi otro abuelo, pensé de repente. Siempre me habían contado que había estado en la guerra, no combatiendo, pero al fin y al cabo había estado, así que fuese lo que fuese que hizo supuse que me serviría. Me daba un poco de miedo, mi abuelo me producía una mezcla entre respeto y temor, pero por intentarlo… Mi abuelo dijo que sí, que me hablaría sobre la guerra, y le entrevisté. Así descubrí a un ser humano con sentimientos, bastante atormentado, y con una memoria prodigiosa.
Empezó a contarme con fechas concretas cuándo había partido hacia el frente (me relató el viaje en tren con días, comidas concretas, etc). Yo, que soy un desastre para las fechas, para los detalles, le escuchaba fascinada. Le habían llevado para hacer albarcas, una especie de sandalias que llevaban los campesinos, para los soldados republicanos. Mi pueblo había quedado dentro de la zona republicana, pero además mi familia era de izquierdas, republicanos convencidos. Si alguien revisa los archivos de fusilamientos y encarcelamientos de la zona, los apellidos son recurrentes, conocidos, míos. No recuerdo bien qué me contó, ni los detalles. El trabajo me quedó bastante bien, saqué buena nota, y mi profesor decidió (unilateralmente) quedárselo de recuerdo. En aquella época de trabajos a mano, de escasas y caras fotocopiadoras, era mi única copia, y tampoco calibré la importancia real que tenía en mi historia personal, familiar. La cinta donde lo grabé tampoco la conservo, gajes de la edad y de la inmadurez. Lo que si recuerdo es que después de abrirme su memoria y su alma, mi abuelo me contó otra historia, esta vez ayudado por mi abuela.
Me contó que cuando acabó la guerra, cuando regresaron vencidos, los franquistas decidieron requisar todo el dinero republicano. No sé si lo hicieron por minar la poca esperanza que quedaba, o por borrar todo recuerdo de la República, pero lo hicieron. No lo cambiaban por la nueva moneda, creo, simplemente se lo llevaban. Mis abuelos tenían ahorros, y siempre conservaron algo de confianza en que la razón acabaría por imponerse, la legalidad triunfaría, y no querían dar lo poco que tenían ahorrado si existía alguna posibilidad, por ínfima que fuese, de que pudiese volver a tener valor. Así que mi abuela, sin consultar con nadie, sin contárselo ni a mi abuelo, metió parte de los ahorros en un frasco y los enterró una noche en el suelo de la cuadra. Era un riesgo enorme, o así lo seguía viendo ella muchos años después, ya en democracia. Seguía contándolo asustada. Pasaron los años, y la República, lamentablemente, no volvió. Mi abuela olvidó casi por completo aquel frasco con su pequeña fortuna. Muchos años después decidieron añadir la cuadra a la casa, y en las obras descubrieron el bote. Mi abuela lo guardó, y después de contarme aquella historia, me entregó aquellos billetes. Después de aquello nuestra relación volvió al punto donde estábamos antes, sin ninguna muestra de acercamiento, de confianza. Era como si aquel instante de cercanía, de abrirme su memoria y su corazón no hubiesen existido. Pero mi visión de ellos había cambiado para siempre. Nunca fueron los mismos. Tal vez nunca aprendí a amarlos, pero sí los respeté, los respeté mucho.
Esta es la historia de mi pequeño tesoro, mis doscientas ochenta pesetas republicanas. No sé si tienen algún valor real, supongo que no. Pero para mi tienen un valor difícil de explicar. Uno de los pocos recuerdos amables que conservo de ellos, una pequeña concesión. Un tesoro.

Barricada – Suela de alpargata - Acustico 2010
Ismael Serrano – Al Bando Vencido

 Mi llavero, dedicado a Novi. Yo también pertenezco al club de las nostálgicas xP

39 comentarios:

  1. He seguido la historia como si viese a tus abuelos. Esa manera de ser de no mostrar cariño aunque se tenga, me suena, :)
    Es muy propia de gente que sufrió mucho.
    Al final, Nuria te dejaron un bonito recuerdo.
    Yo tengo monedas heredadas de mi madre de Alfonso xiii y me hace ilusión guardarlas para mis hijos.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me dejaron un recuerdo precioso. A menudo le enseño las monedas a mi hija mayor, y le cuento la historia. Me gusta que entienda su historia familiar, que encuentre su lugar en el mundo, que valore estos pequeños tesoros.
      La gente de esa edad en muchos casos estaba inhabilitada para mostrar cariño. Era como un síntoma de debilidad, supongo. Ahora los entiendo un poco, y eso me hace recordarlos con más cariño.
      Un abrazo Ohma.

      Eliminar
  2. Vaya,tenemos mucho en común,mis abuelos igual,yo ya hace muchos años que no tengo ningúno vivo,los de parte de mi madre no los conocí,los de mi padre si,pero una historia bastante parecída.Yo tengo también billetes de FelipeII,1 peseta de marqués de santa cruz,sellos e inclúso mucha chorrada de tiempos X :))
    El centenario del tranvia,imaginate!5 pesetas el boleto 1872-1972,vaya como pasa el tiempo.
    Estas cosas tienen valor sentimental,solamente si sabes traspasar esos momentos que tus abuelos viviéron,de una forma respetuosa y con algo de sentimiento familiar,si no es así,mejor ni guardarlas para tus hijos.Yo suelo contar lo que yo viví al escuchar esas historias,mucha gente inocente si,es como todo,no será que tengamos mucho más en común de lo que tú no te imaginas.
    Un saludo,un post interesante y sentimental,grácias por compartirlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es importante cómo estas historias nos hacen sentir. Guardo los billetes para mis hijas, sí, pero ligados a esta historia. Por sí mismos no creo que tengan valor, pero con la historia y cómo me afectó, es una especie de legado familiar, de historia familiar. No sé.
      No te conozco, así que no sé si tenemos mucho en común. Ahí tú juegas con ventaja, porque yo aquí me muestro en exceso. Qué más tenemos en común? Me dejas con curiosidad.
      Muchas gracias, me alegra que te parezca interesante. Gracias por leerlo.
      Un saludo.

      Eliminar
  3. Me voy enternecido.
    Gracias por compartir esta historia de tu familia.
    Las familias casi nunca son como nos gustaría que fueran, supongo que a ellos les pasa lo mismo con nosotros.

    Las pesetas republicanas no sé lo que valdrán pero si sé que tú vales mucho.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra enternecerte.
      Gracias a ti por estar.
      A ellos les pasa mucho más de lo que nadie imagina. Soy una especie de perro verde en mi familia.
      Hala! Ahora la enternecida soy yo. Me has rozado el alma. Y me has puesto colorada, casi ni se me ven las pecas.
      Besos.

      Eliminar
  4. Es una historia super tierna, Nuri. Muchas gracias por compartirla con nosotros...
    Mis abuelos maternos también vivieron episodios muy complicados durante la guerra, y a mi abuelo lo mataron sin combatir siquiera.
    Yo no tengo monedas tan antiguas, pero en el llavero de casa llevo una moneda de 25 ptas. de aquellas últimas con un agujero en medio.... Nostálgica que es una :S

    Un beso fuerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te guste. Gracias a ti por leerla. Supongo que demasiada gente vivió episodios complicados, en esa historia fratricida.
      Me has hecho reir. Nostálgica, dices? Juas. Voy a colgarte una foto de mis llaves, a ver qué te parece. Me gusta coincidir contigo. Yo también soy una nostálgica ;D
      Un besazo guapa!!
      Te dejo arriba la foto.

      Eliminar
    2. jajajajajajajaja tal para cual, eh????
      Pero tú lo llevas superlimpito el llavero... El mío además lleva una paloma de la paz de hace más años que los 5 duros... Soy de guardar mucho los recuerdos, para desgracia de mi adosado, que se pone malo de tantos recuerdos que guardo...

      Un beso fuerte, Nuri. Me alegra que compartamos ese detalle :D

      Eliminar
  5. Ayer de madrugada, te escribí un tocho insufrible al leerte NURIETA. Tus monedas, la preciosa historia de tus abuelos y el bote de cristal, verte de mi club de alcohólicos anónimos de palabras jajaja graaaaciaaasss ...buuuff se me dispararon los dedos con mi delirium tremens:-)

    La historia de mis abuelos es muy curiosa, casi una novela. Verás, por una lado mi abuelo materno sieempre vivió con nosotros, yo me llamo María por su mujer, que murió un mes antes de nacer yo, así que no la conocí. Todo el mundo la adoraba, debió ser la típica abuela de cuento. Mi abuelo, un frío hombre de negocios, que al final de sus días se pirriaba por los caramelos y el chocolate. Murió con 91 años y hasta solo un año antes, viajaba solo, por todo el mundo:-)

    A mi abuelo paterno lo mataron ( de una paliza, pasada la guerra civil) a la puerta de su casa, después de llamar de todo a quienes encarcelaron a su hermana, padre y fusilaron a no se cuantos más de la familia. Curiosamente era una familia de derechas de tooda la vida, pero lo que son los pueblos, por no se quien que volvió de Cuba, por envidias, por quitarles lo que tenían ¡¡qué se yo!! los masacraron.

    Total, que mi abuela cuando mi padre tenía menos de dos años se volvió a casar y por ese motivo, a penas he tenido trato con ella. Tuvo otra familia. Ahora, alguna vez voy a verla, pero poquito. A mi padre le crió su tía, que hizo las veces de mi abuela. Un personaje increíble ¿Te imaginas a una señorita bien de provincias, con muchísimo carácter, beata como ella sola y a la vez roja hasta la médula? jajaja pues así era ella... al fusilar a su marido, los supuestos “suyos”, renegó de todos en su corazón, pero su forma era la que era... la recuerdo cantando la internacional y rezando el rosario. Una general de la Gestapo ( supongo que porque sufrió muchísimo) ante ella, todos en perfecto estado de revista, planchados y almidonados. De pequeña, le tenía pánico :-)

    Creo que corto ya, o volveré de desparramarme y estoy curándome;-)

    Graaacias por tu historia, por guardar esas cosas ( las monedas son trozos de historia, como los sellos) por escribir mucho y contárnoslas, preciosa. Ojalá tengas un día igual de bonito.

    Mil besos y toodo mi cariño NURIETA.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y qué pasó con tu tocho? Fue blogger? Jooooooooo
      Gracias por compartir tu historia. Me gusta tu tía abuela. Los contrastes me encantan, cantar la internacional mientras se reza el rosario... no debería estar reñido. Los contrastes dan vida.
      Hay demasiadas historias tristes, supongo. Yo prefiero sacar las pocas cosas positivas que veo, como ese pequeño trozo de historia heredado, o como escuchar a mi madre contar cómo se escerraban en el cuarto más alejado de la calle y se escondían entre las mantas a escuchar radio Andorra para ver cómo estaba en realidad España. A veces nos perdemos esas historias porque nos parecen demasiado tristes, o porque creemos que no nos interesarán.
      Gracias por compartir tu historia, por enriquecerme. Y por leer este post larguisimo, juas. Pensé que nadie lo leería!
      Besos! Y conmigo no te cortes, que me encanta tu lluvia de palabras, así cuando salen en torrente. Besoooooooooooooooos sol mio!! Y todo mi cariño, que sabes que lo tienes.

      Eliminar
  6. Lo del dinero republicano fue increíble, hay muchas casas donde todavía hoy hay maletas enteras con esos billetes, sin ningún valor me temo, ya lo comprobé en su día…
    Me gusta tu forma de contar las cosas.
    Besos princesa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo comprobaste? Bueno, suponía que no tendría ningún valor económico, pero el valor sentimental en este caso es lo importante.
      A mi me gusta la tuya. Gracias, me has dibujado una sonrisa que me llega hasta más atrás de las orejas.
      Besos mi decadente preferido.

      Eliminar
  7. Qué entrañables recuerdos, y que forma tan bonita de contarlo. A mí me ocurre algo parecido con mis abuelos paternos, nunca tuvimos demasiada relación, y ahora que mi padre murió cada vez menos. A mí abuela, siento decirlo así tan brusca, pero casi que la he odiado durante mucho tiempo, lo cual hizo que la figura de mi abuelo fuese más importante para mí.

    Sabes, me has recordado una película española en la que un niño escribió las historias de su abuelo, también sobre la guerra con los republicanos, más tarde publicó esas historias recogidas en un libro.

    Yo también creo que hay mucho dinero todavía enterrado por ahí, también es muy de pueblo. Cuando la abuela de un conocido murió, le sacaron una caja que escondía debajo de la cama con dinero de la época, además de un montón de latas de comida, pensaba que volvería a pasar hambre como en la guerra.

    Me ha gustado mucho, besos guapa.

    Pd. qué gusto da tener al señor Rorschach encima jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es típico de la gente que pasó la guerra o la posguerra, sobre todo en zonas rurales lo de acumular alimentos o enseres por si acaso. Tendrías que ver la alacena de mis padres en el pueblo...
      Muchas gracias por contarme parte de tu historia. Yo por mi abuela sentía algo parecido, por su forma de tratar a mi madre.
      Me alegra que te haya gustado!
      Besos preciosa.
      Ups, lo siento, creo que ahora estais haciendo un sandwich de Nuria...jajajjaj

      Eliminar


  8. Mi madre y mis tías iban a la escuela.
    Llevaban un braserito con brasas para calentarse.

    Un día preguntaron a mi abuela si eran pobres.
    Mi abuela saco un tarro parecido al que cuentas, lleno de dinero republicano. Se pusieron tan contentas...

    Pero una de ellas lo grito en clase a los cuatro vientos....

    Al día siguiente vino la guardia civil y lo requiso todo...
    Nunca lo olvidarán.

    Si, mi abuelo es Catalán... Pero fue mi héroe tantos veranos.
    Tengo un recuerdo fantástico de ellos....
    Un piacere

    Sicilia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Típico. La guardia civil entonces daba miedo, y en cada lugar había alguien dispuesto a dar parte de cualquier falta.
      Ser catalán no está reñido con ser héroe, juas. Me gusta saber que tus recuerdos son gratos.
      El placer es mio.

      Eliminar
  9. Eso que dices no son pequeños tesoros... ¡Son unos tesoros impresionantes!
    La historia de tus abuelos es un testimonio de vida y de supervivencia. Yo nunca me arrepentiré lo suficiente de mi falta de atención cuando mis abuelos me contaban lo que yo pensaba que eran "sus batallitas". Mis dos abuelos fueron luchadores y supervivientes, y por circunstancias de la vida y no por ideología fueron obligados a luchar en los dos frentes. No creo que fuesen de derechas ni de izquierdas; eran simplemente adolescentes obligados a ser hombres procurando sobrevivir. Una guerra civil es la más cruenta e injusta de las guerras, porque enfrenta a familiares, a vecinos, a amigos...
    Si no recuerdo mal la peseta republicana perdió todo su valor monetario ante la ausencia de reservas de oro del banco de España (la constrovertida y poco documentada fuga del oro "de Moscú" en tiempos de Negrín para evitar su incautación por las tropas franquistas). El valor numismático no sé; pero ese dinero tiene el mayor de los valores: el sentimental. Eres muy afortunada. Gracias por compartir tus pequeños-grandes tesoros con nosotros. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que a todos nos ha pasado un poco igual. Cuando ellos aun tenían edad y memoria para transmitirnos sus recuerdos, nosotros no teniamos edad o madurez suficiente para escucharlos. Yo recuerdo muy poco de aquella historia. Y la de mi abuelo paterno no llegué a conocerla. Retazos que recuerda mi padre, del hambre, del sufrimiento y las pérdidas. Poco más.
      En la zona de la que soy se cuenta una historia, no sé si cierta, pero con nombres, etc, de dos hermanos que vivían en pueblos cercanos, pero cada pueblo quedó de un lado, y a cada uno le tocó luchar por un bando distinto (sin ideales, ni nada), y contaban que llegaron a enfrentarse, como en aquella canción que cantabamos de niños (era mi amigo José, mi compañero de escuela...), solo que uno de ellos desertó o algo parecido.
      Nunca he intentado averiguar si tienen valor, porque el valor sentimental me impediría deshacerme de ellas en cualquier caso.
      Gracias a ti por leerlos.
      Un abrazo!

      Eliminar

  10. · Tu pequeño tesoro es en realidad nuestro gran tesoro, la esperanza de que una nueva república llegue, aunque esas 280 pesetas no valgan nada más que la dignidad. Ha hecho bien en escribir esta historia, forma parte de nuestro patrimonio.

    · un beso

    CR· & ·LMA
    ________________________________
    ·

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias!
      Esa esperanza es importante. La dignidad también. Eso fue algo que no se respetó, que no se concedió a los vencidos, dignidad.
      Gracias, en serio.
      Un beso.

      Eliminar
  11. Conserva en un marco esa pequeña obra de arte espero que al artista que es Víctor no le haya demandado la casa real por falta de respeto a la autoridad o intromisión al honor ejemplos hemosvtenido

    ResponderEliminar
  12. Se me corto el comentario .....la historia del dinero es otro tesoro que debes transformar en novela o al menos intentarlo y que devolverá en memoria el cariño de tu abuela un amor quizás incomprendido u oculto

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también espero que Víctor no haya sufrido consecuenciad. Me parecía que merecía un homenaje, aunque no lo vea mucha gente.
      Una novela... uff, ojalá. Me temo que carezco del talento necesario. Yo creo que en aquella época el cariño se veía como síntoma de debilidad, y ella era en exceso recta, siempre preocupada de no ser blanco de críticas. Creo que no sabía expresarlo de ninguna otra forma.
      Gracias por leerme, y por tus palabras.

      Eliminar
  13. Me encanta tu historia de principio a fin y la forma tan hermosa en que la has narrado.
    Los llamados nacionales cuando llegaron al poder arrasaron con todo lo que tuviera que ver con la época anterior y así como aniquilaron personas también intentaron aniquilar todo lo que oliese a republicano. En el lote incluyeron a personas, billetes o por ejemplo, las nuevas libertades como el divorcio que había instaurado el gobierno anterior. Pero los fascistas siempre han sido bastante idiotas y se olvidaron de la memoria, lo más difícil de erradicar por mucho que lo intentaron ellos y sus sucesores en nombre de una ilegítima reconciliación nacional que no tuvo en cuenta el dolor de las víctimas. Quizás tú, inconscientemente, fuiste un puente tendido a través del tiempo para que la memoria de tus abuelos siga viviendo hoy a través de ti. Al final los franquistas no han pasado como pregonaban, debemos sentirnos satisfechos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre nos quedará la memoria. Los vencidos merecen ser recordados. Yo ahora escucho cada detalle que me cuentan, pero me temo que en algunos casos es tarde. A veces no valoramos la sabiduría de los que nos rodean. Te pondré un ejemplo que no tiene nada que ver con esto. Yo estudié las plantas, los ecosistemas, etc. Mucho conocimiento teórico, poco más. Me costó años asumir que mi padre o mi tio, que no han leido un libro de botánica en su vida sabían mucho más de la naturaleza que yo. Prejuicios, bobadas. Una vez me di cuenta, ni te imaginas lo que he aprendido escuchándolos, viéndolos en acción en terreno. A veces lo difícil es aprender a escuchar.
      Ahora presto más atención. Hay que escuchar la historia, recordarla. Los vencidos lomerecen.
      Me alegra que te guste, sobre todo porque si me decidí a publicarlo fue por tus marcas de seguridad en la carretera. Gracias, en serio.

      Eliminar
  14. Me matas Núria, con estas entradas tan emocionales, me haces ir a lugares conocidos, dónde yo también guardo mis recuerdos, y se me encoge el corazón, de verdad, no lo digo en plan plañidera, es que me afecta, yo también guardo monedas, cromos, y dibujos, las partituras de mi madre, y mil cosas de mi padre, y de mis antepasados, un montón. Supongo que ese recuerdo de tu abuelo, permanecerá siempre en ti, ese acercamiento tuyo, claro que mereció la pena. Una de las historias más bonitas que has contado de tu vida, de verdad, preciosa la manera y el fondo.

    Un beso lleno de cariño

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias! Me has emocionado.
      A mi me encanta guardar recuerdos, historias y cosas de la gente que me importa. Es como seguir teniéndolos de alguna forma.
      Mereció la pena, sí. Le conocí, aunque solo fuese por un instante.
      Un beso bella, y gracias.

      Eliminar
  15. Hay cosas que no tienen precio y hacen que la vida (aunque pueda haber sido dura) sea hermosa y valga la pena recordar. Nada puedo agregar a tan bello trabajo. Espero me des permiso para llevarme una copia de este tu relato y guardarlo entre mis cosas para mi. Quiero encontrarlo alguna vez y volver a sentir la misma emoción que en este momento estoy sintiendo.
    ¡Gracias, por ello!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todo tuyo! Un honor estar entre tus cosas. Gracias por tan bellas palabras. Me alegra emocionarte. Tú me acabas de emocionar a mi.
      Gracias!

      Eliminar
  16. Nuria..
    Me ha parecido maravilloso este post.
    Cada vez disfruto más leyéndote y cada vez escribes mejor.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias! Si supieses cuánto disfruto yo leyéndote a ti... Creo que de alguna forma estamos conectadas, sensaciones y experiencias similares.
      Un abrazo guapa.

      Eliminar
  17. Mira tu por donde yo guardo algunas pesetas y siempre guardo monedas de los paises a los que visito, ¿porque? pues no lo se, pero siempre lo he hecho... Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también! Tampoco sabría decir el motivo. También guardo mapas de ciudades, postales, entradas,...
      Un beso.

      Eliminar
  18. ME HA ENCANTADO, ME HA TRAÍDO RECUERDOS. TIENES RAZÓN EL REY ESTÁ MEJOR EN LA MOMENDA RETOCADA.

    UN SALUDO
    MARIAN

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mucho mejor! Gracias, me alegra que te haya gustado.
      Un saludo Marian.

      Eliminar
  19. Cuantas familias cómo tus abuelos tenian sus esperanzas en la vuelta de la República y todo se les quedó en nada.Ilusiones,dinero,futuro, etc.Es que las guerras no valen para nada y menos entre iguales.


    Es un recuerdo bonito y gracias al trabajo de clase pudiste conocer su procedencia.Y ahora es un pequeño tesoro afectivo que eso vale muchísimo más.

    Un abrazo Núria feliz finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vale muchisimo más, sí.
      Las guerras carecen de sentido. Las que son entre hermanos carecen aun en mayor medida. Son absurdas.
      Un abrazo, y feliz inicio de semana.

      Eliminar

Comenta lo que quieras, opina.