Hoy debería haberme cabreado, parecía inevitable. Setenta kilómetros para pedir un papel que se supone que me han mandado o no me han mandado. La realidad es que en los juzgados no tienen ni puta idea. Tendría que mirarlo a mano, papel a papel, me dice la funcionaria por teléfono. Viva la era de la informática. Sólo atienden de 10 a 12, por falta de personal. A las diez y veinte aun no han empezado. Pero...
Pero no me enfado, porque en el camino vivo una de esas experiencias extrañamente simples y felices. Voy conduciendo, escuchando a Héroes del Silencio, "El espíritu del vino" siempre me trae unos recuerdos entre felices y melancólicos. Así que voy conduciendo, y sí, me encanta conducir, al fin, escuchando una música cojonuda, y desconecto casi por completo. Sólo existe mi mente pensando gilipolleces, planeando viajes que me gustaría hacer, que sé que no haré, al menos no como a mi me gustaría. Y sí, me pongo jodidamente triste, pero a la vez una extraña paz me invade. Es eso, me encanta conducir así, invadida por la música, libre para soñar.
Además he obtenido una extraña victoria en mi lucha particular.
Mientras él llena la casa de piedras extrañas, me hace amarres que no me amarrarán, e invade los cajones con papeles, con fotos de las enanas con cruces, yo empiezo a estar hasta las narices. No creo en esas cosas, pero a la vez me fastidia y me da bastante mal rollo.
Tengo un bote de sal gruesa en la ducha, para mezclar con aceite y exfoliarme. Prefiero la sal al azúcar. Y de repente descubro que siente pánico por ese bote. La sal le aterra, debe pensar que me ha dado por combatir la gilipollez con más gilipollez. Que lo piense. A ver si así se deja de piedras y cruces.
Y luego la puta calle. Trabajar en calle tiene algo extraño. Si te gusta observar, puedes ver los engranajes de un submundo que casi nadie parece ver. Y cuando superas la nausea tiene algo de bello.
Gorrillas peleándose a gritos.
Una señora que vende rosarios a 15 euros. Madera de olivo de Jerusalén, dice, joder, a ese precio puede ser del huerto de los olivos bíblico. Se pone en la puerta de un hospital y dice que son para proteger la salud. Marketing puro y duro.
El vendedor de cupones que me gruñe cada vez que considera que me meto en su parcela de venta. A este no lo conozco demasiado. Al que vende por las mañanas le regalo cajas de papel que él conserva meses, y me saluda con una mano en el corazón mientras me manda besos.
El que recoge las colillas, en su eterno vaivén por la acera.
Gente aparentemente normal que pasea sin rumbo, que transitan una y otra vez la misma acera, buscando tal vez su destino.
Gente con prisas, cadáveres que aun no saben que lo son, que murieron hace tiempo víctimas del tiempo.
La competencia, los nuevos feroces; los antiguos ya nos conocemos, sabemos que mañana podemos estar del mismo lado. Nos saludamos, nos quejamos, nos despedimos cordiales, deseándonos una suerte que casi nunca llega.
Gente que llora.
La mujer de luto. Grita al teléfono al psiquiatra de su hija. Se tiró por el balcón, mientras ella trataba de sujetarla en el último instante. No pudo con su peso y la vio caer, y de repente no se me ocurre nada peor en el mundo. Su hermana trata de acallarla, pero es imposible, el dolor se le escapa por la garganta. Nunca se recuperará, y lo peor es que ella lo sabe.
El médico chiflado más cuerdo que he conocido, que me da consejos para encontrar otro trabajo. Ya te has rendido, me dice, lo veo en tus ojos. Sí, es la puta desesperanza. A veces debería rendirme antes. Hay batallas que nunca ganaré. Viajes que no haré(mos).
La de no sé que iglesia que me dio por imposible, ahora que he perdido la fe en casi todo, y simplemente me saluda con una sonrisa. Creo que no está acostumbrada a que sean amables con ella.
Los que dicen no con la mano levantada, la palma hacia ti, en el gesto más demoledor que existe en este trabajo. Yo hoy estoy harta. Esta puta mala racha no acaba, y en agosto tuve que poner dinero para conservar el trabajo. Muchos gastos, pocas ventas. Esa mano, digo mirándolo fijamente, y me mira con ojos de odio y vergüenza. No estamos acostumbrados a cierto nivel de sinceridad. Un amigo dice que lo único que hago es ser sincera con lo que siento más allá de los límites socialmente aceptados. Tal vez. Yo creo que soy kamikaze. Poco más. Camino por la autopista de la vida en sentido contrario.
Uno de los gorrillas se ha acercado y le ha comprado una cruz a la mujer. Joder. Alguien que pide en la calle tiene más poder adquisitivo que yo. ¿Cuánto ganará alguien que aparca coches y da bastante miedo? Sí, más que yo. Esto no te lo advierten cuando eliges facultad. A mi me iban a pillar de nuevo...
Amiga Nuria, ese que ha comprado la cruz, al igual que otros muchos de nosotros, ha hecho lo que se supone que nadie debe hacer, comprar cosas, que valen más de lo que gana, y así se ve, sin dinero, buscándose la vida como puede, y encima, comprando cosas que no puede, con el consiguiente enfrentamiento que tendrá lugar con la "parienta", en cuanto lo descubra.
ResponderEliminarAsí somos, no le des más vueltas.
El poder adquisitivo... es el que nosotros mismos decidimos.
Otra cosa es el poder adquisitivo real, que no suele coincidir casi nunca.
Y aparte de eso, no hay que rendirse nunca.
Antes morir, que perder la vida!!!
Un abrazo.
No me rindo en algunos aspectos, pero en lo de pensar que algún día lo que estudié me servirá de algo ya hace tiempo que ando rendida, vencida. No es pesimismo, es realismo. Cuando tienes que esconder la mitad de tu currículum como si te avergonzases empiezas a avergonzarte de que no te sirva de nada.
EliminarYo no creo que el gorrilla no tenga. Hace mucho trabajé en una pizzería y los gorrillas venían a cambiar monedas por billetes. Te aseguro que era para cabrearse la cantidad de dinero que traían. Imagino que no todos, pero los que asustan un poco ganan bastante.
Mi poder adquisitivo es... supongo que es el que queremos si tenemos cubierto lo básico. Pero la realidad es que hay mucha gente que no lo tiene.
Un abrazo!
No sé, a mí me dan ganas de meterme kamikaze junto a ti, en tu coche, por esa autopista que va en sentido opuesto a la vida. Si quieres nos cogemos la ruta 66 (¡había puesto 69! ja, ja, ja. ¡Ese subconsciente!) y conducimos escuchando música hasta reventar. Sabes, yo no tengo ningún problema con tu sinceridad. Para ser sincero hay que ser directo y no andarse por las ramas. Hoy en día no es precisamente lo que se estila por estos reinos, donde dirigen el cotarro caducos irredentos muertos de indignidad...
ResponderEliminarHoy he estado buscado tus alas y no las he encontrado por ninguna parte, hasta que he vuelto a tus letras. Entonces me he dado cuenta que tus alas subyacen siempre detrás de todo lo que escribes. Creo que eres mucho más rebelde de lo que nunca te has dado cuenta...
Vencerás. Pero recuerda a la chica sabia: lucha solo en las batallas que te aporten paz. No gastes ni un gramo de energía en el resto. Centrémonos en lo importante y que la Fuerza te acompañe.
Siempre me gustaron las Road Movies. Hoy te doy un beso mientras sentimos el viento soplar...
Muaaaaaaaa!
Claro que tengo alas , juas. Esta es la broma que le hacía en un comentario al Doc Krapp.
EliminarLuego contesto comentarios, pero me apetece que te rías un rato con mis tonterías. Besos!
Pues sube al coche, que viviremos una peli de esas. Acabo de imaginarnos con un Impala del 67 (del 69 no!!! perverso mio, jajajjaja) recorriendo carreteras interminables a través de Estados Unidos.
EliminarMi sinceridad es una tara que me deja casi siempre en una situación vulnerable. O molesto o me quedo jodida. No me va bien así, tengo que bajar mi nivel de sinceridad y verbalización. Sé que contigo no, lo sé, pero sí en general.
Hago caso a la chica sabia. Lo único es que me sorprende es esta victoria extraña e inesperada.
Sube el volumen, que viajar contigo es un placer. Eso sí, aviso, canto. Siempre canto. En algún punto de España necesitan lluvia? juas.
Besoooooooooooooooooooooooooooos!!
Como a ti mi NURIETA, también me encanta conducir en carretera ( en ciudad, nada de nada... prefiero ir al dentista ;)) es curioso lo fácil que se desconecta al volante... con la música a tooda pastilla, solo la carretera y tú... como si llevaras el cerebro volando como un globo fuera del coche ...me quedo con esa sensación, tú también cielo...quédate y recréate con ese instante... lo demás va en el paquete del día, es cierto, pero cuando termina, cuando llega la noche la única forma de tapar los agujeros que se te van haciendo ( dichas y desdichas propias y ajenas) es rellenarlos con estos instantes...
ResponderEliminarPara que te dure un poquito más, te dejo una de mis favoritas de carretera...tienes que escucharla hasta el final para que te lleve lejos, muuy lejos... justo, allí:))
Conste que siempre termino llorando con ella, pero da igual.. meeeencanta...llorar no es tan malo... es más, a veces es lo único que ayuda y después... duérmete cielo.
Muaaaaaaaaaaaaaakss!! bonita.
Me encantan tus regalos. Son pequeños tesoros, aunque lloremos al final.
EliminarYo ya me estoy acostumbrando a conducir en casi cualquier sitio, pero prefiero la carretera, desconectar con la música y disfrutar el camino.
En la calle, en mi día a día a veces ocurren pequeños milagros, instantes que tapan el resto. Intento quedarme con ellos.
Huyamos en coche, viajemos. Seguro que nos reimos mucho.
Un bezazo cielo azul! Y gracias!
Jijijiji cruces y piedras? Me dan ganas de ser malvada... Pero no, no, que lo mío es lo de la niña buena... De todos modos me alegro de que le tema a la sal y siga así.
ResponderEliminarMe gusta cómo te fijas en todo, hoy en día nadie se fija en nada.
Te diría muchas cosas pero todo me suena a sermón o filosofía barata, así que mejor te abrazo fuerte fuerte y solo digo que me gustan tu forma de ver lo cotidiano.
Besos...
Sabes que me encantan tus abrazos, así que no se me ocurre nada mejor. Yo observo el mundo, vivo en los detalles, no puedo evitarlo. Me alegra que te guste cómo lo cuento.
EliminarPiedras y cruces, sí. Muy absurdo todo. Jajaja Seamos buenas, total, aun así le asusto con la sal involuntariamente.
Un besazo guapa, y gracias.
Deberían darte una columna diaria en algún periódico importante para que describieras la realidad y no las mentiras que nos cuentan.
ResponderEliminarNo se te escapa nada y tu sensibilidad te permite llegar a los corazones de los que te leemos.
Ahora mismo me iría todo el día a vender contigo.
Besos preciosa.
Me has emocionado, que lo sepas. Me he puesto tierna.
EliminarGracias, en serio.
Ven cuando quieras, me encantaría, de verdad.
Besos Xavi.
Ay Nuria! Tus escritos pese a todo el drama que envuelven empiezan a hacerme sonreír, y pienso para mí que eso es bueno, que algo está cambiando dentro tuyo que te hace explicar las cosas de otra manera, y a mí me alegra.
ResponderEliminarLo de los amarres es tan esperpéntico que no puede provocar más que risa, dios! que bajo se puede caer.
Estoy con Toro, has hecho una crónica fantástica de un rato de calle, que a la mayoría nos pasa desapercibido, yendo a nuestras cosas, un submundo sí, está bien definido.
De lo de la calle y tu trabajo...ya comenté en su momento lo duros que me parecen ese tipo de curros, y hablamos sobre todo ello.
Yo me acuerdo de ti todos los jueves, estás unida ya a cualquier persona que se me acerque con una carpeta en la mano y sólo veo Nurias. Cada jueves me paran de dos a tres veces cuando voy a Barcelona, en una calle concreta, y eres responsable de mi sentimiento de culpa cada vez que meneo la cabeza diciendo no, gracias a ti lo hago con una sonrisa porque te recuerdo y soy consciente de que detrás de esa carpeta hay una persona con sentimientos que no está ahí encantada de la vida con su trabajo y cuyo objetivo no es molestarme, sino ganarse las habichuelas. Me pone triste y siempre pienso en ti.
Aprovecho para decirte aquí que leí el anterior post, que sigo el proceso, o lo que cuentas de él, y que me puse muy contenta con lo que leí, partías desde tan abajo, que ese post es un pequeño triunfo en si mismo, estás encarrilada, yo no paro de recordar posts antiguos y la diferencia entre unos y otros, y te aseguro que desde fuera se ve, seguramente más de lo que la ves tú misma.
Muchos besos y endavant.
Muchos besos
Yo casi no veo avances, pero cuando hago recuento me doy cuenta de que los pequeños pasos me llevan a algún sitio, aunque no sé a cual, juas.
EliminarLa calle es un mundo. Todos vamos con prisa, todos tememos que nos convenzan, que nos timen, que nos emocionen. No te sientas mal. Tenemos tolerancia al no. No son los noes lo que afecta tanto, si no la forma de decirlos. No hace falta sonreir, ni ponerse a dar explicaciones. Ser amable, o decir "buenos días, no, gracias".
Te enseño un truco?? Infalible (siento lo que voy a decir, pero es lo más efectivo). Ya colaboro con vosotros. Y sonríes. Yo no lo tengo que usar porque a mi los captadores, me conozcan o no, no me paran, no debo dar el perfil. Pero es algo que usa mucha gente harta de nosotros. Entiendo que lo hagan. Pasear por Don Juan de Austria (una calle) implica toparte con al menos 20 captadores. Si tienes buena pinta al menos 10 te paran. Entiendo la saturación de la gente.
Lo de los amarres es... Algún día cuento cómo se rompió misteriosamente su parte de la piedra, juas. O cómo mi hija se percató de que yo nunca tocaba mi mitad de la piedra, con lo que me gustan las piedras, y se la devolvió con un "toma, que a mami le pone nerviosa". Ay.
A ratos me río. Y a ratos empezaría a tirar piedras extrañas por la ventana.
El proceso ha avanzado, los papeles ya están presentados. Las expectativas son confusas, no muy buenas, pero para mi no hay vuelta atrás.
Espero que estés bien. Te abrazo y te beso. Ánimo.
Muchos besos!
Pues yo no soy partidario de decir NO con una sonrisa siempre puesta.
ResponderEliminar¿Piedras? Puto muro!
No hace falta sonreir (aunque sabes que me encanta que me sonrías). Pero ser correcto no cuesta demasiado. El gesto de la mano es demoledor de verdad. Dan ganas de cercenar manos a ratos. La primera vale, la segunda... Pero la que hace 20 estás con ganas de darles en la mano. Sé que aunque no sonrías no serías desagradable. Imposible.
EliminarPiedras, fotos, papeles y cruces. Another... Puto muro, tú lo has dicho.
Besos! Oye! Y mis besos?? juas.
Hola, pasaba por aquí, leí y me gustó mucho lo que escribes, pero sobre todo cómo lo cuentas. Me he identificado mucho con el momento de conducir ya que me suele pasar de ir totalmente inmerso en mis pensamientos y de pronto, me doy cuenta ya he llegado a mi destino. Si no fuese por el reloj, pensaría que me he tele-transportado instantáneamente. Otras cosas no las he entendido del todo, supongo que porque acabo de llegar, pero espero que con el tiempo, sepa de que va.
ResponderEliminarUn beso Nuri
Hola! Gracias por pasar por aquí! Me alegra que te guste.
EliminarEs increible cómo se puede desconectar mientras el cerebro primitivo se encarga de conducir. Teletransportarse... sí, no lo había pensado, pero sí. Aunque yo disfruto mucho de ese rato de desconexión. Antes no conducía. Me daba pánico. Es como un amor tardío.
Hay cosas que no entiendo ni yo, jajjajjajaja. Pero sí, cuando llevas un tiempo aquí te das cuenta de que siempre escribo sobre las mismas cosas, y al final entenderás hasta lo de las piedras.
Un beso.
Honestidad brutal y pura vida en esta sublime radiografía de lo invisible-cotidiano. Quizá algún día seas consciente de lo bien que escribes y lo mucho que transmites, creo que fue Borges quien dijo que cuanto más se habla de lo intimo más universal es el mensaje (o algo así).
ResponderEliminarOjalá no todo en tu día haya sido tan malo.
Besos.
Muchas gracias! No, no lo creo. Escribo lo que siento, poco más. Pero gracias.
EliminarSupongo que al final es más universal el mensaje porque todos sentimos parecido. O no, yo qué sé.
No todo fue malo, qué va. Hasta el peor de los días mejora con un café. Y en todos los días malos hay algo rescatable.
Besos.
Me gusta cuando obvervas la vida fluir a tu alrededor, si Nurieta la vida fluye, como un rio de tiempo y luego nos lo cuentas con una sinceridad extrema, bien pot ti...
ResponderEliminarJuer lo de la sal en platitos o en ceniceros por toda la casa, para las malas rachas, a mi si que me ha funcionado siempre, los dejo sobre las mesillas y en los muebles de la entrada y del salón, extendida y con el dedo hago dejo surco como una cruz encima...Y las botellas y jarros de cristal verde, azul o dorado, llenas de agua bendita que además decoran...y las cruces de plata bendecidas, sobre las cabeceras de la cama...Oye por probar...
Yo ya casi que estoy dispuesta a combatir de cualquier forma, aunque no crea. Por probar...
EliminarNo escribo más sobre lo cotidiano, sobre mi trabajo, porque os hartariais de mis batallitas y mis detalles. Me gusta que te guste.
Gracias! Y gracias por las sugerencias!
Besos!
Y la facilidad con que dicen no con la palma hacia tí, los de la cartera llena, mientras retas -ignorándolo-, a los de la vacía a bajar al ruedo de los "o tú o yo".
ResponderEliminarMaldita economía.
Que bonito comentario el de Toro Salvaje.
El comentario es precioso. Toro es genial.
EliminarSoy consciente. Una de mis compañeras al principio se iba directa a los trajeados, a las señoras superbien vestidas, todas ellas de marca. Yo le decía que la corbata les roba el alma. Hay excepciones. Pero lo normal es que ellos estén totalmente alejados de la realidad, y no vean el problema como algo real y cercano. Los pobres lo vemos con miedo, como algo posible.
Yo no aprieto mucho, así me va. Si alguien me dice que no puede, pues le deseo suerte. Algunos de mis compañeros son feroces hasta la crueldad, hasta poner a la gente en una situación incómoda. Es comprensible. Esto nos da de comer. Pero hay límites que no creo que haya que pasar. Si alguien te dice que tiene 3 niños y están en paro él y su pareja, decir "pero cobrarás la prestación, los 426 euros o algo, no?". Eso es de una crueldad y una indignidad intolerables. Pero yo he escuchado a compañeras decirlo. Les va mejor que a mi, eso sí. Pero bueno.
Maldita, maldita.
Besos.
Y la facilidad con que dicen no con la palma hacia tí, los de la cartera llena, mientras retas -ignorándolo-, a los de la vacía a bajar al ruedo de los "o tú o yo".
ResponderEliminarMaldita economía.
Que bonito comentario el de Toro Salvaje.
Creo que desprendes sensibilidad y los ojos bien abiertos... para mí eso es más que aceptable, es lo que te hace especial y simplemente es lo que debería ser todo el mundo...
ResponderEliminarDejarse llevar por la música tiene sus montañas rusas en el lote :D
Yo también pienso a veces en todos esos viajes que me gustaría hacer y que sé que no haré (pero eso es pensamiento de carajillo y no puede ser jajaaj)
Besos abisales :D
Gracias!
EliminarCreo que hemos sufrido el mismo altibajo con la misma canción. En tu caso por culpa mia :( Lo siento. Dejarse llevar por música que significa tanto para ti implica unos riesgos.
Jajajjajajja Me ha encantado lo de pensamiento de carajillo. Estaría bien poder hacerlos, no? Ay, jajajjaja.
Besos desde el borde! ;)
JODER. Me ha encantado tu reflexión. De poder adquisitivo no sé cómo coño andarás, pero de corazón vas sobrada. Y, aunque en estos días no se aprecie como debiera, eso es lo realmente importante en esta jodida vida.
ResponderEliminarOhhhhhhhh gracias. No imaginas qué ilusión me ha hecho que me digas eso. De poder adquisitivo ando fatal, juas. No se aprecia lo del corazón. Yo creo que lo tengo normalito, pero tengo esta tendencia a dejarlo al aire arrancándome mucho más que la piel, que se ve más.
EliminarUn besazo.
Que me entere bien... ¿cruces y piedras? ¿Habla con el televisor? Es más, ¿el televisor le contesta? Ten cuidadito, Nuri ña, practica el exhorcismo, llévate agua bendita o llama a la policía.
ResponderEliminarRespecto a un comentario que han hecho, no puedo estar más en desacuerdo. Dicen que esa persona a la que haces alusión gasta más de lo que gana, y de verdad que me entra una mala hostia...! ¿Existen los reyes magos? Anda queeeee... como digo últimamente: yo me entiendo. Trataré próximamente ese tema.
Besosmuchos y recuerda: si bebes no cunduscas.
Ahora no habla con nada raro, creo. Hace casi dos años decía que lo perseguían luces. Creo que lo hacía para acojonarme. La policia... Estas cosas se consideran anecdóticas, poco más. A mi a ratos me da risa. Otros miedo, todo hay que decirlo. Lo del agua bendita... Al final lo haré, juas.
EliminarTengo cuidado.
Yo también te entiendo. Esa gente en muchos casos ganan bastante dinero. Yo lo he visto. En Valencia algunos gorrillas acojonan de verdad. Yo he visto a uno frente al Instituto Valenciano de Oncología (me llamó la atención el lugar, me pareció cruel asustar a gente que ya debe estar asustada) a un tío amenazar a una chica porque no le dio suficiente dinero. Cuando la chica se fue le pegó una patada al retrovisor y otra a la puerta. Mucha gente prefiere darle el euro de rigor. Imaginas la cantidad de euros libres de impuestos?? Pues eso. Habrá de todo, pero...
Te leeré con interés (como siempre ;)).
Besosmuchos!! Jajajajjajajjajaj no bebo casi nunca, y si voy a conducir menos. Soy muy prudente.
La calle, esa gran olvidada, a la que todos pisamos todos los dias...
ResponderEliminarLa pisamos pero no la observamos...
EliminarBesos!
La corbata roba el alma....
ResponderEliminarSÍ, SÍ, SÍ !!!!!.
(Ni sé anudarla...).
; )
Eliminar¿Debería decirte que tu entrada suena muy Springstiniana o como carallo se diga?
ResponderEliminarNo, no voy a hacerte esa putada de confundir la realidad con la lírica ¿o a lo mejor sí?
Sí, creo que lo terapéutico es convertir la realidad cutre de todos los días en un espacio danzarín y funambulesco donde al fin uno puede manejar los hilos a su antojo
Me gusta tu texto callejero.
Besos
Confundámosla, creo que a veces la realidad es muy lírica, tal vez de una lírica descarnada.
EliminarYo al final me pierdo en los detalles de la vida, en lugar de en la cruda realidad. Es más fácil sobrellevarla.
Me alegra que te guste.
Besos.
Pd: María hasta le ha puesto la música adecuada a tu percepción. Tal vez sí lo sea.
ResponderEliminarPese a cualquier apariencia, me encanta ese especial sentido del humor que destila tu texto.
Y sobre el poder adquisitivo de algunos... siempre depende de como organizan su existencia, pero algo hay que tener, aunque sea para comprar el bote de sal...
· un beso
· CR · & · LMA ·
Oh, gracias. No a todo el mundo le gusta mi sentido del humor, no todo el mundo lo entiende. Gracias!!
EliminarHombre, para la sal me llega, y con el placer que da verlo acojonado porque cree que hago algo que no hago...
Un beso!
No es nada fácil el trabajo cara al público, hay que tener ancha la espalda y la paciencia. Tu mérito está ahí, en apechugar, que no es poco. Un beso.
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