lunes, 17 de septiembre de 2012

Correr



Corro. Las calles están llenas de escombros, cornisas caidas, trozos de cemento con hierros que sobresalen, retorcidos, punzantes. Corro, tropiezo, caigo. Me levanto, no queda más remedio. Bendita adrenalina que me mantiene en pie, que me permite seguir corriendo.
La calle está oscura, sólo una farola sigue cumpliendo su función. Los semáforos hace días que no tienen a quien indicar cuándo pasar. Casi todos están en el suelo, pero algunos se mantienen tercos, verde, ambar, rojo, en un bucle sin fin.
De vez en cuando veo algún coche. Supongo que de alguien que, como yo, no consiguió huir. O huyó a pie. Muchos dejaron lo material atrás, en la lucha frenética, en la huida inesperada.
Una puerta abierta. Me aterra y me da esperanza a partes iguales. No, para qué mentirme a estas alturas. Simplemente me aterra. Pero sé que tengo que usarla. Es la única opción de sobrevivir. Remota opción, pero algo es algo.
Y mi mente me dice que lo mejor sería dejar de luchar, de huir, morir de una puta vez y dejar de sufrir. Pero soy un animal acorralado, y mi instinto de supervivencia es más fuerte que yo. Dejar de luchar no parece una opción.




Entro. Más oscuridad, un fuerte plor a suciedad, a descomposición. Empiezo a subir los peldaños con los que ha chocado mi pie derecho. Tanteo las paredes para guiarme, para darme seguridad. Tropiezo con algo blando y pegajoso. No necesito verlo para saber que es un cuerpo putrefacto. El olor lo delata. Me levanto y sigo subiendo, y noto cómo las lágrimas recorren mis mejillas, resbalando hasta la barbilla, mojándome el cuello. Mierda, mal momento para la debilidad, mal momento para ponerme a llorar. Pero las lágrimas me liberan momentaneamente del estrés. Y durante un instante, demasiado breve, me siento aliviada, mejor.
Después otra puerta, cerrada. Un pasillo que huele a amoníaco, a orín. Camino intentando no hacer ruido.
Escucho algo, un crujido en el suelo, la respiración acelerada. Y noto el frío abriéndome la garganta. Luego la sangre cálida saliendo a borbotones, la punzada de dolor intenso, asfixia… No puedo respirar, la traquea atravesada por el metal no lo facilita. Qué paradoja, la sensación de no poder respirar, de no conseguir que el oxígeno de vida a mis pulmones con una gran abertura en la traquea.
Despierto. Y durante unos segundos siento aun cómo me ahogo. Casi siento el metal cortando músculos, fibras, llenándose el filo de mi sangre…
Mierda de sueños recurrentes.


 Esto es sólo una de las pesadillas que pueblan mis noches. Normalmente corro sola, exceptuando a mis zombies, asesinos en serie, etc. Hace unas noches mi hija me acompañaba en mi sueño de apocalipsis zombie. Espero que no lo vuelva a hacer, el sufrimiento es mayor.

Un abrazo, ese abrazo. Gracias por ese abrazo, mientras todavía temblaba asustada, porque a veces cuando despierto me cuesta distinguir sueño y realidad. Gracias. En serio.

Amy Lee – Sally's Song

13 comentarios:

  1. Que terribles son esas pesadillas...
    Uno necesita un abrazo inmenso de forma inmediata.
    Lo sé bien.

    Besos.

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    1. Tenemos que ir armados a los sueños, ya lo sabes. Si una noche me mandas a Terremoto para que me proteja te lo agradeceré infinitamente. Los abrazos son necesarios, sí, aunque sean virtuales.
      Besos. Y un par de abrazos, por si acaso.

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  2. Las pesadillas, mi querida NURIETA, es la forma que tiene nuestro subconsciente de trasladar al mundo de los sueños lo que nos impresiona, preocupa o agobia en la realidad...

    Sinceramente cielo, tal cual describes aquí las tuyas, da la sensación que te están comprimiendo el cerebro entre dos planchas de acero ¡¡vaya angustia!! Lo siento, siento no sabes cuánto, que sientas todo esto.

    Sé que no consuela, pero las pesadillas terminan al abrir los ojos y despertar. Las de los sueños, así de fácil. Las reales aguantando mientras la vida nos retuerce el brazo, no hay más bonita, apretar los dientes y aguantar. Parece que lo malo no termina nunca cuando duele mucho, cuando la duda nos consume, cuando parece que el universo se ha confabulado para volvernos majaras perdidos...pero hasta lo peor, termina...único asunto aguantar, mantener la calma mientras pasa.

    Tú aguantarás, lo sé. Lo sabes.
    Todo empieza y termina, lo bueno y lo malo, desgraciada y afortunadamente es así:-)


    Tooodo mi cariño NURIA, sabes que es mucho, otro abrazo fortísimo a sumar al que te han dado. Ojalá pudiera hacer más ...me temo que no cielo, pero tú sí. No lo dudes. Podrás.

    La versión original, que... casi siempre es la buena:))


    Hoy es lunes, eso nunca ayuda... lo bueno es que mañana, pase lo que pase, ya será martes.

    Muaaaaaaaakss preciosa.

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    1. Lunes lunero, sí, asco de día. Pero pasará. Ojalá tengas razón y todo tenga un principio y un fin. Mientras tanto a aguantar mientras a la vida le da por retorcer brazos.
      Me encanta el original! Soy adicta a esa peli. Peeeero... sin que sirva de precedente con el tema versiones, siento debilidad por esta versión con la voz de Amy Lee ( me estremece).
      Algún día pasarán, seguro. Van y vuelven, y no siempre las recuerdo bien. Pero si me despierto a mitad de pesadilla... me cuesta aterrizar en el mundo. Pasarán. El año pasado me abandonaron unos meses. En cuanto la vida deje de arañar pasarán.
      Besos guapa!!! Un abrazo inmenso, y un tupper de achuchones (no se lo tires a la Espe, eh?). Ni te imaginas cómo te agradezco el cariño. Es totalmente recíproco.

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  3. Si recuerdas la pesadilla ,no te preocupes.
    m.i.
    Besos.


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    1. No siempre las recuerdo. Y casi siempre preferiría no recordarlas...
      Besos.

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  4. Ya pasó. Solo ha sido una pesadilla Nuria.
    Todo irá bien:)

    Lo verás y nos escribirás para contárnolo.

    Un fuerte abrazo


    * Vuelve a confiar.

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    1. Gracias, gracias, mil gracias.
      Siempre vuelvo a confiar... soy imbécil, jajajjajaj
      Espero que vaya bien. Confío que irá bien.
      Un abrazo apretado y un besazo.

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  5. Joder Nuria, me parecía una pesadilla al principio, luego era tan vívida y con tanto detalle, que he pensado que simplemente era un relato de terror, para terminar de nuevo con la pesadilla.
    Que mal rollo, yo tengo una siempre la misma, muy angustiante, pero nada que ver al lado de esta, lo peor es que te dejan regusto por un rato.
    Ojalá nuestras pesadillas terminen, señal de que en nuestra vida real todo está bien
    Muchos besos

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    1. Ojalá terminen, sí, y ojalá en la vida vida todo esté bien.
      Son demasiado reales. Asustan bastante.
      Besos Inma!

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  6. Todos tenemos pesadillas niña!

    No se que significan o si tienen algún significado siquiera!

    Pero eres una chica fuerte, podrás con ellas.
    Y en cuanto a la puerta abierta, atrévete, vive tus propias aventuras..

    Un piacere

    Besos

    Sicilia

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    1. Podré con ellas, podré. Dame un hacha y ya verás, jajjajaja.
      La puerta... entraré, entraré.
      Besos, Sici. EL placer es mio.

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  7. La solución es sencilla, no duermas... (otra de mis "sutiles y finas" ironías)...jejeje risa maliciosa...

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