lunes, 17 de diciembre de 2012

Cuatro con trece


 Tenía escrito un post, pero anoche no lo colgué, y hoy no me parece oportuno, sonaría agorera. Además, me he levantado y me he puesto las noticias asesinas, esas que me devuelven de un bofetón sonoro a la puta realidad. Madrid protesta por la privatización de hospitales, en Valencia seguimos con los cierres de farmacias y el racionamiento de medicinas, inauguran nuevos centros hospitalarios nada funcionales mientras dejan morir de abandono otros ya existentes, porque en esos no se pueden hacer la foto publicitaria. El mundo es un asco y nuestra sanidad se va a la mierda.
Y entonces me acuerdo de Manuel. Lo paré hace un par de meses, quizás más. Alto, enorme, con barba, voz fuerte y muy amable. Siempre he colaborado con ongs, me dijo, cuando la cosa iba bien colaboraba en varias. Pero me puse enfermo, perdí mi trabajo, normal, faltaba mucho (joder, qué poco claros tenemos nuestros derechos los esclavos... ah, no, espera, que ahora no los tenemos y punto). Mis hijos han vuelto a casa, los 2. Vivimos todos de los 426 euros del subsidio ese. Hasta que me lo quiten, supongo. Me han dado 2 ictus, ¿sabes? Salí del hospital la semana pasada. Los ojos se le empezaron a poner vidriosos, y yo aguantando el tirón, que no llore, que no llore, que me hundo y no levanto cabeza en un par de días...
Ahora me han mandado heparina. ¿Sabes qué es la heparina? Bueno, pues tengo que tomarla, pero como tengo 57 años y no soy pensionista, pues tengo que pagarla. Y se puso a llorar, y a mi se me partía el alma. No me acostumbraré nunca a ver a alguien llorar de impotencia.
Cuatro con trece, eso vale, cuatro con trece, pero no tengo para comprarla. ¿En qué momento me ha pasado esto, que no tengo ni para pagar cuatro con trece? Mira, mira los papeles, no te miento, tengo que tomarla. Cuatro con trece, cuatro con trece, cuatro con trece,... y lo repetía incrédulo, como si de tanto repetirlo pudiese desgastar el número y la cifra disminuyese.
Quieren que me muera, eso es todo. Así dejo de generar gastos. Sería lo mejor. Y lloraba de nuevo. Sería lo mejor. Pero, ¿y mis hijos? Sólo me tienen a mi.
Cuatro con trece, cuatro con trece, cuatro con trece.
Vengo caminando desde Burjassot, no te creas. No me llega para el metro. Bueno, así hago ejercicio, seguro que me sienta bien. Pero Manuel, salió la semana pasada del hospital, contesté yo ofendida con el mundo y con todo. Y sonrió amargamente.
Hoy he pensado en él, en si conseguiría dinero para la próxima caja de heparina, en si seguirá vivo, en si estará bien.
Mierda de mierda.

La Polla – Iros Todos A La Mierda
Extremoduro – La Cancion De Los Oficios

10 comentarios:

  1. Te comprendo, Nuri. Comprendo tu rabia, tu impotencia, tu dolor. Sabemos lo mal que está todo, pero cuando te lo encuentras en la calle, en forma de alguien conocido y le escuchas contarte en primera persona lo que ya sabes pero sin personalizar tanto, eso es terrible... Sí, oyes historias de miserias. Lo ves cada día en la televisión. Pero no es igual que cuando le pones cara, y voz, y recuerdos...
    Ojalá Manuel pueda seguir su tratamiento y ojalá pueda encarrilar su vida y salir adelante. ¡¡¡Ojalá no tengamos que presenciar más estas historias tan terribles¡¡¡.

    Un beso muy fuerte, Nuri. Lo siento de verdad.

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    1. Es infinitamente peor la realidad cuando es palpable, cuando tiene nombre y apellidos.
      Ojalá, todo. Ojalá ya no sucedan más.
      Un beso enorme Novi, y muchas gracias. Siento haber traido tristeza.

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  2. ¿Sabes qué mi querida NURIETA? a veces leyendo, viendo o escuchando cosas como la que cuentas tú, a toodas horas y a casi todo el mundo, también a mi se me cae el alma a los pies, se me terminan los argumentos, las ganas y la energía para dar ánimos. Me resultan estúpidas, vacías y desquiciadas las bobadas que me salen, chirriante e hipócrita reconocer que a pesar de todo me gusta la Navidad, me hace cortocircuitos el cerebro y me gustaría ponerme a gritar y soltar tacos, pero encima es que no me salen, NURIA, me gustaría, pero igual que tú no puedes llorar, a mi no me salen los tacos. Así que lloraré por ti, por Manuel y por mi, eso sí que puedo hacerlo, se me da de miedo. Es lo único medio coherente. Lo haré a escondidas, no me verá nadie y pasará. Ni eso puedo permitirme, ni eso sería justo. Quizá no debiera dejarte esto, pero es lo que me sale ahora...y un beso inmeeenso para ti cielo. Perdóname, por favor.. encima te toco yo:-(((

    ... A lo mejor luego paso y lo borro ( o bórralo tú, lo que quieras) tranqui... me dan cosas así a veces cuando saturo, pero evaporo rápido... Muaaskss, lo siento...siento todo lo que ocurre.

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    1. No es hipócrita. Nos merecemos pequeñas alegrías. La Navidad, esos ratos chulos, con guitarras electricas, villancicos punk y enanos. Si no la vida sería insoportable.
      Tú sigue levantándonos, que a veces nos hace mucha falta.
      Muchas gracias. Y siento el exabrupto.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Los telediarios son tristes.
      Preferiría que molase mi alegría exultante, pero gracias. Mi tristeza es como toda yo, sincera en exceso.
      Yo en tu blog leo leo, en todas direcciones.
      Besos.

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  4. Me quedo con la forma y no el fondo
    es decir, la historia es dura y muy cruel
    y por desgracia irá a peor y seguirán apareciendo
    más manueles, pero como te dije, me quedo con la forma en como
    lo has narrado, con una gran capacidad de enganchar
    de atrapar el lector.

    Siento que me fije en lo material, en la obra.


    Felices fiestas.

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    1. Muchas gracias. Rescata eso al menos de la tristeza. Te lo agradezco.
      Felices fiestas.

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  5. Mierda de mierda? MIERDA DE MIERDA Y DE PUTA MIERDA. Estoy hasta los cojones de repetirlo, pero siempre soy yo el puto cenizo. Espero no verme nunca en una situación como la de Manuel, porque te aseguro que mi lucha no iba a ser un lamento.

    Desgraciadamente, hay gente que ya no tiene fuerzas. A ver dónde cojones (y perdón por repetir mis palabras) está toda la solidaridad para con los nuestros. PUTA MIERDA YA.

    Te pido excusas por mi lenguaje. Estoy hasta la polla de tanta verborrea.

    Un beso.

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    1. Pues sí, mierda de mierda y de puta mierda. Entonces somos dos cenizos. Imagínate, a mi me da de vez en cuando por contar estas historias tristes, como forma de liberación. Tú lo que eres es realista, coño.
      Él no tenía fuerzas. No tenía pinta de haberse lamentado en la vida. Pero a veces las circunstancias nos superan. O es simplemente cuestión de tiempo que deje de lamentarse estupefacto y se lie a hostias, yo que sé.
      La solidaridad es rara, existe, pero a veces mal entendida.
      Tu lenguaje va perfecto con mi entrada y con mi rabia.
      Beso.

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